A raíz de la pandemia, esta diferencia se ha agravado, en consecuencia, las mujeres se han visto obligadas a dejar su trabajo debido al cierre de las escuelas. El impacto es fuerte, 1.7 millones de mujeres dejaron de trabajar durante el 2020 según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
La participación laboral de las mujeres en México fue tan solo 45% en 2019, comparado con 77% para los hombres, una brecha de 32 por ciento. Esto indica que, en México, sólo 4 de cada 10 mujeres trabajan mientras que 7 de cada 10 hombres tienen un empleo y ser madres suele ser un factor decisivo.
El Banco Mundial estima que si las mujeres participaran a la misma tasa que los hombres, el ingreso per cápita sería 22% más alto.
“La falta de oportunidades de empleo, por ejemplo, aún existen reglamentos laborales en donde los empleadores preguntan sobre la situación familiar de una mujer antes de contratarla”, apunta Inchauste.
Sin una red de cuidados
La principal barrera para que las madres puedan reintegrarse (o integrarse por primera vez, si son adolescentes) al mercado laboral es la falta de una red de servicios de cuidado.
El Banco Mundial detalla que la oferta institucional de los servicios de cuidado infantil tiene una cobertura limitada, está fragmentada y es heterogénea, con presencia de múltiples proveedores con modalidades de entrega muy diferentes.
“La cobertura de los servicios de cuidado infantil es limitada, con heterogeneidad territorial (mejor disponibilidad en áreas con mayor actividad económica) y es provista predominantemente por el sector privado”, señala el estudio.
El sistema de atención infantil para madres trabajadoras presenta ineficiencias; el organismo internacional denuncia que la falta de reconocimiento del derecho al cuidado y discriminación por género y estado civil generan exclusiones y profundizan la desigualdad de oportunidades, además de que existen inconsistencias o regulaciones contradictorias en distintos niveles de la legislación.
Otro factor que influye es que las mujeres se convierten en madres a muy temprana edad en el país. El Banco Mundial recomienda expandir y asegurar el acceso a centros de atención sexual y reproductiva para adolescentes y potenciar el desarrollo socioemocional y las habilidades técnicas de los jóvenes, orientación técnica, profesional y su capacitación.
“El embarazo adolescente y la maternidad pueden evitar que las mujeres tengan un pleno desarrollo humano y oportunidades económicas del mercado laboral”, añade Gabriela Inchauste .
Según el INEGI, durante el 2020, más de 23.5 millones de mexicanas reportaron no estar disponibles para trabajar por atender otras obligaciones representando un incremento de 1.4 millones de mujeres con respecto a lo observado en el 2019.
Información por FORBES