Pese a estragos por covid-19, se restablece el servicio urbano de pasajeros

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La prolongación de la pandemia por Covid-19 durante más de dos años causó estragos en el sistema de transporte público urbano de pasajeros de las ciudades de Sinaloa, sobre todo en Culiacán, en donde actualmente operan menos de 500 unidades de un total de un mil 089 que integran la flota, informó el titular de la Dirección de Vialidad y Transportes (DVyT) en Sinaloa, Miguel Loaiza Pérez.

La disminución de autobuses en circulación fue mayor que ahora en los momentos
pico de la pandemia durante 2020 y 2021, cuando la suspensión general de actividades no esenciales y la imposición de restricciones sanitarias severas provocaron una caída de ingresos y que algunos transportistas cayeran en cartera vencida.

No obstante, la normalización paulatina de las actividades en escuelas, universidades, oficinas públicas, corporativos privados y establecimientos comerciales, “nos obliga a ordenar y coordinar el retorno de cientos de autobuses, conforme se incremente la demanda de usuarios”.

 

Si bien es innegable la pérdida financiera de cientos de permisionarios, es obligación de los prestadores del servicio público y de la autoridad competente garantizar que existan los medios de transportación requeridos por la población.

Loaiza subrayó que, entre otras prioridades, los inspectores del transporte público deben vigilar celosamente que las unidades en servicio porten sus pólizas de seguro vigentes, con la cobertura exigida por la ley, así como garantizar que cumplan los horarios nocturnos fijados.

ATENCIÓN ESPECIAL AL SERVICIO NOCTURNO
Juan Vargas, Coordinador de Inspectores en el Departamento de Inspección del Servicio Público de la DVyT, explicó que las instrucciones al personal es estar presentes durante los horarios nocturnos en los principales sitios de concentración de usuarios del servicio urbano en Culiacán: Escobedo y Rubí, Rosales y Rubí, y Catedral, en el centro histórico, además de Ciudad Universitaria (entrada principal norte, contiguo al panteón de La Lima).

El paradero con mayor afluencia es el de Escobedo y Rubí, en el que concurren 19 diferentes rutas de transporte con destino a todos los rumbos de la ciudad.
Los inspectores deben atender personalmente las demandas de los pasajeros que esperan los autobuses, sustituir unidades de que se suscite el incumplimiento de servicio en alguno de los horarios obligatorios.

La estrategia es destacar agentes de inspección en cada uno de los sitios mencionados a partir de las 18:30 y hasta las 21:30 horas, momento en el que llegan los últimos usuarios del horario nocturno.
Para certificar el cumplimiento del servicio nocturno, el inspector debe llenar un formato que deben firmar él mismo y el conductor que corresponda.