*Oportunidades fáciles por el camino sobran, pero no son confiables
*Importante mantener el equilibrio entre el trabajo y la familia para no dañar a ninguno
José Rosario Gámez Valle, mejor conocido como Pepe Gámez en el ramo hotelero, abrió su corazón en exclusiva para Sinaloa en Línea donde comenta el vivir de su infancia y como logró estar ahora como director de ventas de hoteles Pueblo Bonito.
Quedo huérfano a la edad de 6 años, fue ahí cuando se dio cuenta que la vida no iba a hacer nada fácil, por lo que inició a trabajar desde muy pequeño, siendo su primer trabajo de «zorra».
“Trabajar de zorra es el que lleva agua a los trabajadores del campo, pero como era un niño, para cuando apenas iba llegando y le daba de beber a la mayoría ya tenía que regresar a llenar el embace de nuevo”, narró.
Era demasiado cansado, reconoció, pero para él era una gran responsabilidad que quería cumplir.
Un 28 de Julio de 1978 llegó a Mazatlán, Pepe tenía solo 15 años, pensó que por ser puerto iba a disfrutar de la playa, pero no fue así, porque al día siguiente inició a trabajar por las mañanas y por las noches se dedicó a estudiar.
“No dormía absolutamente nada cuando mucho 3 o 4 horas, porque entraba a la Universidad a las 6:30 de la tarde y salía a las 10:30 de la noche, para entrar a trabajar a las 11 de la noche y salir hasta el día siguiente a las 7:00 de la mañana, andaba prácticamente como «caballo lechero», pero apenas así obtuve mi primer título profesional como secretario Taquimecanógrafo”, comentó.
A Pepe Gámez siempre le llamó mucho la atención la tecnología, es por eso que incursionó en el mundo de la hotelería por las computadoras.
“Oportunidades del narcotráfico, drogas y todo ese mundo me sobraban, pero jamás las acepté, estuve tan tentado por ese mundo, borracheras infinitas que me podían hacer caer, pero siempre estuvieron las ganas de salir adelante de la buena manera y mira, es aquí donde estoy gracias a tanto esfuerzo”, expresó.
El representante hotelero, confesó que el hotel El CID fue como su gran escuela, fue en esos tiempos cuando termino la carrera y comenzó a tomar cursos para enseñarse de manera profesional cómo manejar hoteles a un bajo costo.
“Hay errores que cometes como hotelero y haces muchos sacrificios, pierdes cosas, pero en ese momento no te das cuenta hasta que volteas a un lado y dices, ¿que onda?, mi hijo ya tiene 15 años, en que momento fue, es lo que me pasó a mí, llegó afectarme en la familia, me ha costado dos matrimonios y muchos años sin ver crecer a mis hijos por que de los 365 días del año, fácil 300 días estas laborando, es por eso que mi casa se convierte en Grupo Pueblo Bonito”.
Simplemente no solo te das cuenta por la gente, prosiguió, si no, porque en realidad es lo mejor que te puede pasar trabajar aquí, aunque tengamos mucho trabajo, siempre tenemos y tendremos que dar la mejor actitud con la camiseta bien puesta.
Para el representante de Hoteles Pueblo Bonito trabajar en el sector turístico es maravilloso y muy pesado, pero da la oportunidad de tener amigos, amigos sinceros.
“Un amigo muy querido que siempre me acuerdo de él es Gabriel Bojórquez que me decía, ‘equilibrio Pepe, equilibrio’, porque yo estaba muy metido en el trabajo, entonces es ahí donde no tome el equilibrio como base, me llevo a mis fracasos matrimoniales, pero hoy en día lo trato de hacer”, recomendó.
Lo más importante de una buena relación es llevar y tener una buena comunicación con los hijos, es por eso que Gámez Valles se siente muy afortunado de tenerla con ellos, de tal manera todo eso lo ha llevado al éxito junto con la empresa en la que elabora por lo que dice estar muy agradecido por todo lo que le ha dado.