La compañía que dirige Octavio Romero Oropeza obtuvo una calificación de 56.7 puntos de riesgo Medioambiental, Social y de Gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés), esto quiere decir que la empresa enfrenta un riesgo “severo” en comparación con sus pares, como la italiana ENI (25.7) se encuentran en la parte baja del riesgo, mientras que la colombiana Ecopetrol (37.3) o la noruega Equinor (33.4) se colocan en la parte media, y solo Petrobras (48.2) fue calificada con un riesgo severo.
El segundo puesto lo ocupa la estadounidense Parsley Energy con 57.3 puntos, solo superada por la compañía China Guanghui Energy con 59.7 puntos, correspondientes al nivel severo.
“Estos hallazgos apuntan a fallas en el gobierno corporativo de Pemex. Como hemos visto, la evaluación de indicadores de sostenibilidad ESG será cada vez más relevante e influyente en materia de inversión”, advirtió la organización no gubernamental en el documento.
Este tipo de mediciones apuntan hacia la inclusión de calificaciones de sostenibilidad que funcionarán como condición para obtener mejores tratos de financiamiento, un tema fundamental para Pemex, la petrolera más endeudada del mundo con pasivos financieros superiores a los 113,000 millones de dólares.
En el extremo opuesto con un riesgo bajo se ubica la canadiense PrairieSky Royalty con 14.5 puntos, seguida de la canadiense Freehold Royalties 19.1. En tercer lugar aparece la española Repsol con un riesgo mediano 22.4
La escala de medición va de 0 a más de 40 puntos, dividida en cinco bloques de 10 puntos por cada parámetro (negativo, bajo, mediano, alto y severo).
El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador persigue una autarquía en combustibles con la rehabilitación de las seis refinerías de Pemex, la construcción de una en Tabasco y la reciente compra de una más en Houston Texas, bajo el lema de “soberanía energética”, al tiempo que ha criticado las energías renovables.
En México, con datos de 2019, cerca de 17,800 muertes serían atribuibles a la mala calidad del aire, según el El Instituto de Evaluación y Métricas para la Salud.
El documento abunda en el caso de la refinería de Tula, Hidalgo, una de las nueve zonas más contaminadas del país, con condiciones “extraordinarias y de urgente atención sanitaria de los habitantes de la zona”, según la declaratoria de riesgo sanitario de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), emitida en noviembre de 2019.
La subsidiaria Pemex Transformación Industrial registró aumentos de 32% en emisiones contaminantes de 2018 a 2019. A detalle las emisiones de dióxido de azufre subieron 69%.
Según la Agencia Norteamericana Aeroespacial (NASA), los puntos críticos de emisiones de dióxido de azufre —un contaminante que provoca lluvia ácida y múltiples enfermedades pulmonares— en el país se encuentran en la región de refinamiento y de generación de energía en las inmediaciones de Tula, Hidalgo, los cuales contribuyen a la contaminación del aire en áreas cercanas, incluyendo a la Ciudad de México
Para revertir el impacto de Tula, México Evalúa recomendó que Pemex reconozca completamente sus pasivos amientales por parte del Consejo de Administración, lograr alianzs con dependencias y organismos internacionales, implementar la planta coquizadora e hidrodesulfuradoras, mayor colaboración con la Secretaría de Educación Pública y un diagnóstico sobre las donaciones y aportaciones en el estado de Hidalgo para combatir la pobreza energética en la zona de Tula.
Información por FORBES