Las desventuras ocasionadas por la crisis mundial que ha desencadenado la pandemia han provocado el resurgimiento de la solidaridad en las familias y la sociedad en general, explicó Fernando Pucheta Sánchez, presidente de la Agrupación «Pucheta, Una Mano Amiga».
Al acudir esta mañana a la colonia Universo a conocer el caso de Rocío Lobatos Valdez, quien al lado de sus hijas, elabora la joyería de fantasía más creativa y accesible al bolsillo de las mayorías, Pucheta valoró el poder de la unión familiar, que se ha acrecentado pese a los problemas económicos.
Rocío vendía sus accesorios en la Plazuela Machado y entre las maestras en las escuelas, pero al iniciar la cuarentena por el coronavirus, ya no ha podido colocar sus productos.
Ante la falta de dinero, Rocío Lobatos, quien tiene tres hijas en edad de primaria, preparatoria y universidad, tuvo que salir a la parada del camión a vender tostitos y raspados. Con sus brazos morenos de tanto sol, la señora Lobatos Valdez, aprecia el trabajo de su familia, de su suegra que también le ayuda en el hogar, al igual que de su marido, quien es policía municipal y que le ha ayudado a inventar ingeniosos aparatos que les apoye en la elaboración de sus collares, aretes y pulseras.
En su humilde hogar, de la colonia Universo, padecen de la proliferación de mosquitos, de la falta de alumbrado público y claman porque las autoridades vayan a raspar aunque sea las calles de tierra por el lodazal que se ha hecho con las lluvias. Así con todo y carencias, viven doce personas bajo un mismo techo, pues tiene seis sobrinos más a cargo de su suegra.
Fernando Pucheta ponderó el trabajo acrecentado con la unidad de todos, pues pese a ser una familia numerosa, la inventiva y la fraternidad, han sido las capacidades que los han hecho actuar a favor de un bien común, el de sostenerse adecuadamente y salir adelante.