PECULIARIDADES DE LAS ELECCIONES EN EEUU (1de 3).

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ELIO EDGARDO MILLÁN VALDEZ

Prácticamente las elecciones en el mundo se realizan los domingos. En cambio en Estados Unidos las elecciones federales el primer martes de noviembre. Este acuerdo se remonta hasta el siglo XIX – se instituyó en 1845-, cuando los ciudadanos iban o eran llevados a las urnas en unos carruajes jalados por caballos desde el campo a la ciudad; pero también por asuntos religiosos, recordemos que la sociedad era fundamentalmente protestante, y por tanto muy exigente con las familias para que fueran a misa a las iglesias.

Después de 147 años esta decisión carece de justificación; toda vez que el espacio se ha reducido por la velocidad del tiempo. Y de hecho existe una ONG llamada «¿Por qué el martes?» (Why Tuesday?) que se dedica también a promover el cambio del día de las votaciones para el fin de semana.ç

¿Pero por qué no se ha cambiado para el fin de semana las elecciones? El humorista afroestadounidense Chris Rock aventuró una respuesta: «Ellos no quieren que votes. Si lo quisieran, no tendríamos elecciones un martes. ¿Alguna vez has hecho alguna fiesta en un martes de noviembre? No. Porque nadie vendría», dijo en una presentación en 2008 en el Madison Square Garden. Lo de Rock era un chiste, pero no se aleja de la explicación que ofrecen del porqué del fracaso de su iniciativa.

Al parecer a quienes beneficia seguir a caballo y carruaje con la tradición son los republicanos. Se han negado cambiar las elecciones en el fin de semana, porque saben que históricamente mientras más fácil sea para la gente votar es más probable que lo hagan en su contra. De acuerdo con un estudio publicado en 2017 por el Centro de Investigaciones PEW, las dificultades para acudir a votar por estar ocupados en el centro de trabajo fue la principal causa esgrimida por los electores entre los años 2000 y 2012.
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De acuerdo con una indagación de PEW realizada tras las elecciones de 2016, 55% de los abstencionistas en esos comicios eran más próximos al Partido Demócrata, mientras que 41% se ubicaban más cercanos al Partido Republicano. Este ausente reservorio demócrata está formado por jóvenes, personas de bajos ingresos, los hispanos y otros grupos étnicos no blancos. Queda por ver si, transcurridos los dos años de la presidencia de Trump, los abstencionistas prodemócratas vuelven a quedarse en casa, en el trabajo o en un bar.