*Es un amable veterano lustrador
*A veces, ni siquiera una “boleada”
Don Rubén es un veterano bolero o lustrador de zapatos, amable, tranquilo, de buena palabra aunque al final se le salió la frase de que les va de la “chingada” a las personas de su gremio que trabajan desde muy temprano y hasta después de las tres de la tarde en la Plazuela La República, ahí frente a Palacio Municipal y de cara también a la Catedral de Mazatlán.
Por su carácter ha hecho buenos amigos en ese natural centro de reunión de mucha gente, sobre todo de viejos de la tercera edad ya pensionados y jubilados. A los amigos, dice, hasta les “fia” las boleadas, afirma.
Pero en estos tiempos del coronavirus, dice que la situación “está muy drástica y no sacamos para las necesidades básicas. Ya nos ayudó el municipio con una despensa y 400 pesos en efectivo que los gaste en pagar la luz”.
En la entrevista narra que antes de la contingencia hacía de 10 y más boleadas en los días buenos, pero ahora a veces ni siquiera para persignarse, “cuando mejor nos va son una o dos boleadas”.
Don Rubén admite, como mucha gente, que la “cosa está muy triste y que no sabe cuándo terminará”, sin embargo afirma que está al pie del cañón con la esperanza de un buen mañana.
Pide el apoyo de las autoridades municipales para que ayuden a la gente más necesitada y de paso a los boleros de la Plazuela la República.