El columnista de Milenio, Gil Gamés, hoy amaneció muy dicharachero, pero no menos crítico. A mi me hizo reír y pensar, pero sobre todo lo primero. Por eso quiero cederle mi columna para que disfruten la suya, Una hasta el Fondo, sin albur. Sin más, lo dejó en manos de este enmascarado de plata posmoderno. Va mi espada…
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Jueves 4 de junio 1:30 pm. Pinche año de Leona Vicario. La Nueva Normalidad trascurría y Gil sintió algo como un no sé que, un alivio, una serenidad. Tenemos ya, al menos, dos formas de evitar el contagio del covid-19. Qué vacuna ni qué vacuna, no anden con sus cosas, el Presidente fue muy claro: “Estar bien con nuestra conciencia, no mentir, no robar, no traicionar, eso ayuda mucho para que no dé el coronavirus”. Ciertísimo, y si se le agrega un ajo en la mañana no le da a usted ni un catarro. Ahora mal sin bien, si le da a usted por andar diciendo mentiras, de inmediato viene la tos seca; y si además se roba usted alguna cosa, por pequeña que sea, y traiciona a un amigo por quítame estas pajas, olvídelo: dolor de cabeza y problemas respiratorios. ¿Quedó claro? Qué tranquilidad: ¿cómo habrá descubierto el Presidente este método para evitar l contagio? Cosas de iluminados.
Ahora mal sin bien: la tranquilidad de Gamés se convirtió en un estado de beatitud cuando supo el método con el cual la secretaria de Gobernación se blindó en contra del contagio del covid-19. Ella no usa cubrebocas porque está “blindada” con partículas de nanomoléculas de cítricos. Gil lo leyó en su periódico El Universal: “Yo estoy blindada con mis gotas. Las gotas de nanomoléculas, las partículas de cítricos. Las vi en varias entrevistas a esta chica, inteligentísima, ingeniera bioquímica que sacó esta maravilla de productos que van directamente a destruir los virus, entonces yo le pedí y además les distribuí a mis colaboradores”. Gilga no supo qué pensar, salvo que esas nanopartículas también se las han distribuido al Presidente que luce rozagante. Un secreto: si las nanopartículas cítricas se combinan con una sopa de lentejas y plátano macho, usted obtendrá algo parecido a la inmortalidad. Conclusión: salvemos al mundo, tenemos la solución. Bendito Dios.
2.30. La hora sagrada. Una nota de Pedro Domínguez en su periódico MILENIO informa que “el presidente Andrés Manuel López Obrador arrancó su conferencia mañanera desde Palenque, en Chiapas, resaltando el trabajo del gobernador Rutilio Escandón en materia de seguridad”. ¡Qué viva Monsieur le President!: «En el caso de Chiapas, la mesa que atiende el asunto de inseguridad es encabezada por el gobernador; es la mesa que mejor funciona porque no faltan, no manda a representantes, sino que es el gobernador el que asiste; el problema de la inseguridad no se puede delegar, por eso en Chiapas hay buenos resultados, porque el gobernador está participando». ¡Qué viv
5:30 pm. El Presidente llamó a la calma luego de que se actualizara la cifra de muertos. Mju. “Lo que se dio a conocer ayer sobre el número de fallecidos por la pandemia, esto generó preocupación en el país porque pasó de 500 fallecidos de un día a otro a mil fallecidos; ayer de acuerdo a esta información fue el día con más fallecidos; quiero informar a todo el pueblo de México que esto ocurrió porque se hizo un ajuste en defunciones que se habían presentando con anterioridad y no se habían registrado o no se habían dictaminado y hubo este proceso de actualización, pero no significa que hayan fallecido en un día mil personas… Eso lo quiero dejar muy claro, eso lo explicó el doctor López-Gatell por la tarde, pero es importante que se sepa; ayer hubo menos fallecidos que los mil registrados; esto lo podemos observar bien en lo que ocurre en el Valle de México. Lo hago para que no nos alarmemos, para que se conozca la realidad, para aclarar las cosas; desde luego no se trata de relajar la disciplina, se trata de seguirnos cuidando, manteniendo sana distancia y quedándonos en casa; pero que también no haya psicosis, no haya terror; que al mismo tiempo no hagamos caso al mamarillismo”. Perdón: mil muertos son mil muertos hoy, ayer, mañana o pasado.
«Vamos a seguir actuando de la misma forma sin prohibir que quien quiera hacer las pruebas rápidas pueda hacerlo. Nosotros, de acuerdo a los especialistas, pensamos que la manera en que se hacen las pruebas en México es lo más correcto, pero no nos oponemos a que se hagan ahora que se están retomando las actividades. Está demostrado que hay un porcentaje de falta de eficacia de las pruebas, que no siempre resultan ciertas, pero no está de más». Ay, Dios, ¿qué viene si nuestros instrumentos son la ineptitud, la soberbia, la ignorancia?
Todo es muy raro, caracho. Como diría Samuel Beckett: Todos nacemos locos. Algunos continúan así siempre.
