NI ABRAZOS NO BALAZOS NI NARCOTERRORISMO.

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Si examinamos el consumo de drogas, llegamos a la conclusión de que los humanos somos una contradicción complementaria. Desde el punto de vista de Niezsche, somos Apolínios, pues representamos la perfección, la cordura, el sueño y la poesía y, al mismo tiempo, estamos prestos a los bacanales y a las orgías movidos por el vino, que representa la embriaguez, el desenfreno de los sentidos y el éxtasis. Georg Lukács, marxista húngaro, afirmó que los hombres y las mujeres éramos una mezcla de razón y pasión. Edgar Morin indicó que nosotros estamos contenidos de una unidad contradictoria: somos sapiens/demens.

Dicho de esta manera somos una unidad múltiple que orbita en las dos coordenadas señaladas en el párrafo anterior. Está constitución nuestra derrotó al puritanismo norteamericano en los años 20 e inicios de la década de los 30, cuando prohibieron el consuno del alcohol. El resultado fue aterrador: se multiplicaron los briagos, creció el contrabando, las mafias, la violencia y la corrupción. Tal fue el fracaso de la “Ley Seca” estadunidense que, tras trece años de la prohibición, tuvieron que despenalizarlo; pero “regulando” su consumo el 6 de diciembre de 1933.

II
Consumir drogas- y el tabaco y el alcohol lo son- es casi un imperativo de nuestra humana condición, desde el principio hasta el final de los tiempos. De tal suerte que pretender evitarlas combatiendo a sus mercaderes no es solamente una brutalidad de lesa humanidad, es también confundir la gimnasia con la magnesia y tener efectos contrarios a los fines y las estrategias que se ponen en operación, al perseguir a los narcos, sea matándolos o encarcelándolos, toda vez que ese negocio, por su exorbitante rentabilidad, al día siguiente otras personas tomarían sus puestos. La estrategia de Calderón y Peña Nieto nos recuerdan que los hombres del narco son simplemente intercambiables, mientras el consumo de drogas es una constante.

Por eso fue buena iniciativa de López Obrador de no replicar la estrategia fallida de los expresidentes. Pero su estrategia no es precisamente mejor, el incremento de los índices violencia este 2019 demuestran su falencia. Es que para él la producción, trasiego y venta de estupefacientes tienen como causa la pobreza y, que por tanto, si se impulsa el bienestar económico los narcos abandonarían su ilegal como peligroso negocio; de ahí su metáfora, mala metáfora, de abrazos no balazos. Su falla, que es conceptual, está en que los humanos seguirán consumiendo drogas porque son demasiado humanos, como expresaría en uno de sus textos Federico Nietzsche.

III
En el extremo está la posición de Trump, que va más allá de la estrategia implementada por Calderón y Peña Nieto. El presidente pretende categorizar a los narcos como terroristas, cuando éstos son militantes que luchan por una “causa política” al margen de la ley y de las instituciones, causando destrozos a los bienes y creado terror a los ciudadanos de una nación; en tanto que los cárteles de la droga son peligrosos mercaderes ilegales que abastecen a una creciente masa de consumidores que, en esta era global, el puritanismo ha caducado históricamente. Vaya una cifra: este 2019 han muerto 90 mil estadunidenses por el consumo de opiáceos.

Los carteles tienen, dicho genéricamente, una semejanza con los terroristas: desestabilizan ha determinados países, sobre todo aquellos que están en los márgenes de los países poderosos desde el punto de vista económico, como es el caso de México. Digamos de pasada que las soluciones de contra los cárteles de Calderón y Peña Nieto, ni la de López Obrador y menos la que maquina Trump, sirven para maldita sea la cosa. Los cárteles se pueden deshacer a uno y va a surgir otro, otro y en la misma proporción surgirán otros…. es que mientras haya gente que consuma drogas, nadie va a poder con ellos.

IV

Aprendamos de los portugueses que han despenalizado todas las drogas, todas. Portugal se ha convertido en uno de los países con la sanidad pública y la política antidrogas más efectivas e inteligentes del planeta. A pesar de ello, todo indica que el resto del globo seguirá dando la espalda a su modelo; Al principio fueron muy criticados», recuerda Goulao, un médico que se especializó en terapias contra la adicción. En el año 2000 la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes — el organismo semijudicial inspirado en la convención sobre drogas de Naciones Unidas que se encarga de supervisar las políticas de drogas planetarias — reaccionó de manera airada e implacable contra la decisión lusitana.
Ahora las cosas han cambiado por completo», relata Goulao. «Ahora nos señalan como a un ejemplo a seguir, como el mejor ejemplo del espíritu de la Convención», añade. De hecho, el nuevo responsable de la junta, Werner Sipp, se mostró tan o más entusiasta durante la última cumbre celebrada de la Comisión sobre Drogas Narcóticas de Naciones Unidas, celebrada en Viena a principios de año. El índice de muertes relacionadas con las drogas de Portugal es de tres personas por cada millón de habitantes, una cifra cinco veces más baja que el promedio de toda Europa, que se sitúa en 17’3 personas al año, según concluyen las cifras de la Unión Europea.
LA ÚLTIMA Y NO VAMOS.
Mañana expondremos como funcional el sistema antidrogas lusitano.