Mercados callejeros abarrotados. Bulliciosas estaciones de metro. Aceras repletas. Y claramente, menos personas con mascarilla, así inicia esta columna de Brent McDonald el 8 de junio del año en curso.
México está comenzando a trajinar otra vez a medida que el país se reabre gradualmente después de una cuarentena que golpeó su economía. Pero muchos mexicanos, incluidos expertos médicos, están preocupados porque esta medida haya llegado demasiado pronto, y por ello provoque más enfermedades y muertes durante una pandemia que no se ha controlado en México y además va aumentando en toda América Latina.
“La mayoría de la gente piensa que el mensaje del gobierno, según el cual lo peor de la epidemia ya pasó”, cuando estamos por alcanzar el punto más alto de la epidemia”, dijo Francisco Moreno, quien dirige la unidad Covid del Centro Médico ABC, uno de los principales hospitales privados de Ciudad de México, cuyo espacio está saturado y ha tenido que rechazar a pacientes, a pesar de haber duplicado su capacidad en las últimas semanas
SIN MEDIAS TINTAS Y SÍ CON TINTAS Y MEDIA.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha luchado por equilibrar una respuesta al coronavirus con las necesidades económicas de un país en el que más de la mitad de la población vive al día y trabaja en empleos informales, sin una red de seguridad. Al principio pandemia, López Obrador restó importancia a la gravedad de la amenaza del coronavirus, permitiendo que continuasen los torneos de fútbol, los conciertos y los preparativos para la concurrida temporada turística de primavera, incluso cuando los países vecinos habían cerrado o estaban por cerrar. .
Una vez que los casos comenzaron a aumentar, a fines de marzo, una medida de confinamiento entró en vigencia, pero en abril el presidente declaró que la enfermedad estaba bajo control. Sin embargo, un análisis de The New York Times descubrió más tarde que el gobierno mexicano no estaba reportando el número real de víctimas mortales del virus. En la siguiente semaña López Obrador marcó el final del periodo recomendado de distanciamiento social, y el mismo embarcó en una gira por seis estados del país.
“Tenemos que ir hacia la nueva normalidad porque esto lo necesita la economía nacional, el bienestar de nuestro pueblo”, dijo durante una parada en Cancún. “Necesitamos ir poco a poco normalizando las actividades productivas, sociales, económicas, culturales. Repito, con cuidado”.Por su parte el zar del coronavirus en México, Hugo López-Gatell, enfatizó que la apertura era gradual, limitada a las comunidades libres del virus, las industrias de la minería, la construcción y los automóviles, y miles de negocios seleccionados.
CONTIGENCIAS DE LA EMERGENCIAS DEL VIRUS.
Pero la relajación de las restricciones llega en un momento en que la enfermedad parece estar alcanzando su punto máximo. El miércoles, México reportó 1092 muertes, la cifra diaria más alta hasta la fecha, aunque el gobierno de López Obrador dijo que el aumento fue causado por un retraso administrativo en notificar las muertes. Para el jueves, el número total de muertos en el 12.500 ( Hoy supera las 20.000 muertes y tiene 170.485 casos positivos). Ante tal circusntacia los expertos advierten que el movimiento para reabrir podría intensificar la permanencia de la enfermedad en el país.
Un informe publicado el 12 de mayo por el Instituto de Medición y Evaluación de la Salud en la Universidad de Washington, proyectó que México podría sufrir hasta 16.795 muertes por COVID-19 hasta principios de agosto. Rafael Lozano, uno de los autores del informe, ahora dice que están revisando el pronóstico debido a que esperan un pico mayor de casos a partir de la relajación de las restricciones, y que podría llegar de 43.000 a 51.000 muertes para fines del verano. “Es un pronóstico muy difícil, y todavía está yendo a la alza ”, dijo Lozano.
Dado que muchos hospitales en la Ciudad de México están operando a plena capacidad, los funcionarios de salud cuestionaron la capacidad del sistema para seguir trabajando a este ritmo indefinidamente. Los trabajadores de atención médica de primera línea en México se han enfermado de la COVID-19 a unas de las tasas más altas del mundo, con graves consecuencias para ellos y sus pacientes.
POSICIONES Y OPOSICIONES.
Muchos gobiernos locales rechazaron el llamado a la reapertura, y dijeron que se sentían más seguros esperando. En Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, la jefa de gobierno, dijo que los residentes todavía tenían que usar mascarillas en público y anunció que la ciudad aumentaría las pruebas para COVID-19, incluidas las personas que son asintomáticas. Por cierto, numerosos funcionarios mexicanos temen que el mensaje de López Obrador de que el país debería reabrir con precaución no será atendido por la mayoría de una población ansiosa por regresar rápidamente al trabajo.
Juan Hugo de la Rosa, alcalde de Nezahualcóyotl, un municipio pobre y densamente poblado que ha sido muy golpeado por la epidemia, dijo que “El movimiento de personas en las calles se ha incrementado sustancialmente desde que se redujeron las restricciones el 1 de junio. Hubiera preferido retrasar la apertura hasta después del pico del contagio, aunque eso significase más penurias económicas a corto plazo”. Hasta aquí el New York Times..
LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS….
*La lista de contagios la encabeza Estados Unidos 2,347,598 casos, luego está Brasil con 1,145,906, en tercer lugar Rusia con 606,043, India después con 456,183, Reino Unido con 307,682, le sigue Perú con 260,810, Chile con 250,767, España con 246,752, Italia con 238,833, en décimo lugar Irán con 212,501, Francia después con 197,804, Alemania 192,871, México 191,410, Turquía 190,165, y en quinceavo lugar Pakistán con 188,926 positivos.se ubica Italia con 34,675, Francia con 29,723, España con 28,325, México con 23,377, India con 14,476, Irán con 9,996 y en el décimo lugar Bélgica con 9,722 fallecidos.