“El océano Austral ha sido reconocido por los científicos durante mucho tiempo, pero como nunca hubo un acuerdo internacional, nunca lo reconocimos oficialmente”, dice Alex Tait, geógrafo de la National Geographic Society.
Es que ahora un equipo de especialistas de la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), ha descubierto que el agua en esa área es lo suficientemente distinta como para justificar su propia clasificación ecológica.
“Cualquiera que haya estado allí tendrá dificultades para explicar qué tiene de fascinante, pero todos estarán de acuerdo en que los glaciares son más azules, el aire más frío, las montañas más intimidantes y los paisajes más cautivadores que en cualquier otro lugar al que puedas ir”, dice Seth Sykora-Bodie, científico marino de la NOAA y Explorador de National Geographic.
“Esta denominación que ahora se oficializa, es un asunto geográfico”, dice Tait, quien junto al comité de política de mapas de la National Geographic Society habían estado considerando el cambio durante años, observando cómo los científicos y la prensa usaban cada vez más el término océano Austral.
El océano Austral, una región que debe ser observada
El cambio, agrega Tait, “se alinea con la iniciativa de la Sociedad para Conservar los Océanos del Mundo, enfocando la conciencia pública en una región en particular que necesita un foco de conservación.
“Siempre lo hemos etiquetado, pero lo hemos etiquetado de forma ligeramente diferente” a otros océanos, dice Tait. “Este cambio fue dar el último paso y decir que queremos reconocerlo por su separación ecológica”.
Por su parte, la bióloga destacada marina y exploradora de National Geographic, Sylvia Earle, elogió la actualización cartográfica.
“Si bien hay un solo océano interconectado, es loable que National Geographic haya reconocido oficialmente el cuerpo de agua que rodea la Antártida como el océano Austral“, escribió Earle en una declaración vía email.
“Bordeado por la formidablemente veloz corriente circumpolar antártica, es el único océano que toca a otros tres y abraza completamente un continente en lugar de ser abrazado por ellos“.
La ciencia estima que dicha corriente se estableció hace aproximadamente 34 millones de años, cuando la Antártida se separó de América del Sur y permitió el flujo de agua sin obstáculos alrededor del fondo de la Tierra.
Con aguas más frías pero menos saladas, el caudal fluye de oeste a este alrededor del continente helado, en una amplia banda fluctuante centrada aproximadamente en una latitud de 60 grados sur, línea que ahora se define como el límite norte del flamante, océano Austral.
Información por FORBES