LA NUEVA NORMALIDAD ES REALMENTE NORMALIDAD?

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LA NUEVA NORMALIDAD ES REALMENTE NORMALIDAD?
ELIO EDGARDO MILLÁN VALDEZ.

El concepto de normalidad -más allá de las finanzas y la química- engloba una serie de expectativas comunes en que cada sociedad. Se trata de una generalización y, como tal, carece de precisión cuando se lleva a la práctica. Por mucho que una persona se esfuerce en parecerse a otra, en cumplir con sus mandatos, nunca podrá modificar sus sentimientos y sus necesidades voluntariamente. La normalidad hace caso omiso a aquellos detalles que nos hacen individuos y por lo tanto no habla de nosotros, sin nosotros.

Sin embargo, aún siendo un generalización, en algunos autores la normalidad tiene contornos definidos, al menos conceptualmente: Emilio Durkheim la denomina a la normalidad como un “Fondo común de verdades” y Michel Foucault la define como “Campo acontecimientos acontecimientos discursivos”, más allá de los severos contrapuntos de sus teorías. El primero luchaba por construir el asentimiento de la sociedad a través de un catecismo laico, mientras el segundo se esforzaba por deconstruir la normalidad de la sociedad burguesa.

QUÉ ES LA NUEVA NORMALIDAD?
La nueva normalidad es una expresión que proviene del ámbito de la economía y las finanzas, acuñada para describir las nuevas condiciones financieras tras la crisis del 2008 y las secuelas de la Gran Recesión. Desde entonces, el término se ha utilizado en una variedad de contextos para dar a entender que algo que antes era anómalo ahora es común.
Los primeros que usaron esta expresión se remonta a un artículo publicado el 18 de mayo de 2008 en Bloomberg News, por los periodistas estadounidenses Rich Miller y Matthew Benjamin, en su artículo “La economía post-subprime -hipotecas basura- hace que el crecimiento esté por debajo de la media, y esto sea la nueva normalidad en EE. UU. Aquí la nueva normalidad se acuña como concepto después de la crisis del 2008.

LA “NORMALIDAD” EN LA PANDEMIA?
Con motivo de la pandemia de coronavirus, y en referencia a la poscuarentena, diversos gobiernos se han referido a la nueva normalidad, para describir un período de retorno paulatino y por etapas a diversas actividades sociales y económicas, período que se caracteriza por el (des)distanciamiento social de la población. Pero esta referencias me parece inexacta, porque la definición de nueva normalidad es usada en plena crisis de la pandemia.
Y más me parece inexacta porque el caos con el que se inicia y los bandazos informativos que se han creado alrededor de la salida del confinamiento para reactivar la economía, han creado incertidumbre que ha acrecentado pensamientos y sentimientos que no veremos pronto la luz al final del túnel. La nueva normalidad se parece más al concepto de crisis de Gramci: “Lo viejo ha muerto, lo nuevo no surge”.

ALGUNAS INFERENCIAS FINALES.
El concepto de nueva normalidad cuando es utilizado para definir el desarrollo que ha tomado una crisis -como la crisis del 2008- me parece más acertada que denominar nueva normalidad a una face que es parte de la crisis, toda vez el Covid-19 sigue su curso, además porque puede intensificarse por la necesidad de reactivar la economía, toda vez que a los trabajadores les aumentará la incertidumbre, pues si se quedan en casa pueden morir de hambre y si salen a las calles y a su trabajo, pueden contagiarse y contagiar a su familia. Nueva Normalidad?

Ahora bien, tengo la impresión que ambos usos de la nueva normalidad, sobre todo por su poca temporalidad en las que las inscriben, deberían ser llamadas más como faces de una normalidad que que suele extenderse por siglos o quizá por muchos años, toda vez que, por ejemplo, el medievo fue añoso y en ese lapso hubo faces que la distinguieron, entre ellas las pestes. Pero al final digamos que atravesamos una nueva normalidad, muy anormal. En fin.