Gabriela Núñez Duarte, una policía municipal de Irapuato, Guanajuato, murió tras ser atacada a balazos mientras realizaba labores de vigilancia afuera de una tienda en la colonia Españita.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana de Irapuato informó que se trató de un ataque directo contra la oficial y lo calificó como “un cobarde hecho”, al tiempo que se solidarizó con familiares y amigos.
Este domingo, Gabriela se encontraba afuera de una tienda en la calle Tulipanes realizando labores de vigilancia cuando fue atacada con varios disparos.
Tras la agresión, la policía fue trasladada aún con vida por sus compañeros a un hospital, pero minutos más tarde falleció.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana ya trabaja en coordinación con la Fiscalía General de Guanajuato (FGEG) para dar con los responsables.
Un crimen que empieza a ser común
El asesinato de Gabriela ya no es un caso aislado. En los últimos días han sido asesinados 9 elementos muncipales y meses recientes se han registrado ataques directos contra las fuerzas de seguridad en otros puntos del estado de Guanajuato.
En septiembre, siete custodios que trasladaban a una persona detenida al Cereso Mil de Valle de Santiago fueron emboscados y cinco de ellos asesinados a balazos. Las autoridades no aclararon si la persona detenida logró huir.
A mediados de octubre se registró un ataque contra policías federales y municipales de Acámbaro, Guanajuato. El saldo de la agresión, que terminó en enfrentamiento, fue de cuatro civiles muertos y un oficial herido.
Pero en la última semana, la violencia contra las autoridades locales recrudeció.
El martes 10 de diciembre varios hombres armados ingresaron a las instalaciones de la Policía Municipal de Villagrán y dispararon contra los oficiales que se encontraban al interior.
El resultado: tres policías muertos y uno herido de gravedad, además de cuatro elementos secuestrados. Días después fueron encontrados los cuatro cuerpos de los policías secuestrados para sumar un total de 7 oficiales muertos.
Otro hecho ocurrió el miércoles 11 de diciembre, Sonia Arellano Fonseca, quien también era policía municipal de Irapuato y había sido condecorada por su trayectoria, fue encontrada muerta en un terreno baldío del municipio.
Unos días antes del hallazgo, Sonia había sido privada de su libertad junto con su esposo (también policía) y su hijo de 27 años. Los dos últimos fueron liberados por los secuestrados pero ella no corrió con la misma suerte.
En los últimos meses la violencia en el estado de Guanajuato ha aumentado debido a constantes ataques ligados al crimen organizado.
Según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), de enero a octubre en Guanajuato se han registrado 3 mil 693 homicidios, de los cuales mil 870 han sido con arma de fuego. Esta cifra supera a lo registrado en el mismo periodo de 2018, cuando sumaban 3 mil 584 homicidios.
Fuente: Animal Político
