MORENA: ENTRE EL SOL Y LA SOMBRA

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Miguel Ángel Ramírez Jardines

Aunque MORENA parte de un movimiento que se ha venido desarrollando desde hace diez años aproximadamente (recordemos la lucha contra el desafuero, la campaña del 2006, la resistencia contra el fraude electoral, el freno contra la reforma petrolera, las protestas contra televisa, luego la campaña del 2012, las movilizaciones contra la reforma energética, etc.) y que sus principales cuadros no son ningunos improvisados, en el momento actual atraviesa en su condición de nuevo partido político, por un conjunto de problemas que deben ser motivo de análisis, sobre todo entre sus miembros, si es que quiere convertirse en una verdadera alternativa de gobierno en el país y regenerar a la nación como reza su propio nombre de batalla.

MORENA cubrió el requisito de llevar a cabo asambleas en por lo menos 24 estados de la república. En realidad hizo 30 con una asistencia general de alrededor de 140 mil afiliados, lo cual habla bien de su formalización como nuevo partido. En estos meses deberá recibir su registro legal. No obstante, deben atenderse asuntos de primer orden que serán condición sine qua non para una consolidación rápida y un posicionamiento necesario en la competencia política nacional. Propongo algunos puntos polémicos, esperando generar un grupo de discusión desde este espacio.

 

1.- ¿Partido o secta? Es evidente que, de frente al fraude electoral, a la cerrazón de los medios, al desacuerdo con el PRD, a los ataques desproporcionados contra AMLO, a las políticas antipopulares impuestas por la clase gobernante, etc., se ha radicalizado el discurso de MORENA y sus acciones oposicionistas no han cesado. Pero por esa misma razón, la pregunta obligada es: ¿no se ha creado una convicción, entre muchos morenistas, de que ese movimiento social hoy hecho partido, es “la” verdadera y única alternativa de izquierda en el país, la única opción honesta y políticamente correcta para transformar positivamente el país? ¿Hasta dónde esta visión de “pueblo elegido”, junto a la idea mesiánica todavía anidada en sus dirigentes, ha generado una actitud “sectaria” que se ha vuelto un obstáculo para trabajar responsablemente en construir (subrayado) un partido con programa, estrategia, organización, imagen social e influencia nacional real, que le permita disputar en serio la conducción de este país? La esperanza es necesaria, pero enseguida se requiere elaborar proyecto y luchar por realizarlo. Diseñar estrategia para posicionar en la mente de la sociedad la existencia de esta nueva opción partidaria, parece ser una tarea urgente.

 

2.- ¿Estructura democrática y liderazgos locales, o estructura de apoyo para un liderazgo único? Es evidente que AMLO ha sido uno de los líderes más importantes de la historia reciente en nuestro país, que ha unificado a todo un movimiento social en torno a asuntos que atañen a todos, pero también en torno suyo dadas sus características de líder carismático, rebelde, claridoso, informado, lo que ha cautivado a muchos morenistas que no tienen empacho en declararse “obradoristas”. Líder que llega a las distintas plazas del país a emitir un discurso que se enriquece con los datos de lo que acontece en México, y que es escuchado con atención por propios y extraños, pero sin embargo, ¿no sería bueno que se “bajara del caballo” para entablar conversación directa con los cientos de líderes intermedios que quisieran preguntarle cosas y debatir otras con él y su equipo? Todo centralismo es malo, y la gente no está solo para escuchar, quiere participar y que la escuchen. ¿Podrá superarse la ausencia de una estructura democrática que permita el diálogo constructivo, la discrepancia y el debate para tomar acuerdos, llevarlos a cabo y construir juntos estrategia y liderazgos regionales y locales fuertes, que sepan dirigir y obedecer los mandatos de la base, y no seguir únicamente las reglas establecidas desde el centro y desde arriba?

 

3.- ¿Confianza y desconfianza? Como en toda relación social, en la política existen contradicciones que son verdaderos retos para que, si se saben resolver, se pueda construir un partido poderoso como lo pretende MORENA: existe saber e ignorancia, convicción reflexionada y fe ciega, claridad y confusión, dirigentes y dirigidos, ambiciones de poder y colaboración desinteresada, fascinación por AMLO y apoyo crítico, libertad y reglas establecidas, creatividad y prácticas estereotipadas, sectarismo y apertura, seguidismo y participación consciente, etc. Y cada contradicción debe ser tratada con cuidado y con el propósito de hacer que todos los miembros de MORENA sean verdaderos “protagonistas del cambio”. Sin embargo, algo que se nota inmediatamente es la terrible desconfianza que existe entre sus militantes. ¿Cómo hacerle para que la desconfianza no rebaje el nivel de discusión, imposibilite la disciplina necesaria, haga que el rumor y la intriga sean el pan de cada día, repita los errores de otros partidos y en general debilite la acción unificada, creativa, potente de un nuevo partido que todavía no está posicionado en la conciencia de la población?

 

4.- ¿Es AMLO el candidato para el 2018 o habrá elecciones internas? Evidente es que en México, las izquierdas no han resuelto el problema de saber promover a sus cuadros más lúcidos y comprometidos, que son muchos. Y, entonces, la vieja tradición caudillista sigue imperando en el imaginario social, al grado de que si emerge alguien distinto al líder más conocido y querido, se convierte automáticamente en un enemigo al que hay que parar a como de lugar. La pregunta es: ¿No sería bueno iniciar un trabajo de promoción de cuadros, que ahora son figuras locales, utilizando los recursos que se tienen, para hacerlos crecer como figuras nacionales y generar dentro de reglas de unidad procesos que permitan desvanecer la idea de que AMLO es la única carta que tiene la izquierda?, ¿No permitiría taparle la boca a los que dicen que ya está decidido que AMLO sea el candidato de MORENA a la presidencia de la república en las elecciones del 2018, y que con ello se clausuró una discusión democrática al interior de MORENA?

 

Estos elementos de discusión, claro está, son solo algunos temas que desde mi perspectiva, deben servir para iniciar el análisis. Por aquí podríamos empezar.