- Uno de los trastornos más frecuentes en menores y personas adultas.
- Este hábito inicia alrededor de los tres a cinco años de edad y se puede prolongar hasta los 12 años.
Onicofagia, es el nombre científico que se le da a la costumbre de morderse las uñas, uno de los trastornos nerviosos más frecuente entre la población menor de edad y personas adultas. Además de ser un problema estético, afecta a la salud, y sus consecuencias pueden resultar dañinas para uñas y dientes, informó el encargado de la coordinación de Atención y Prevención a la Salud, Natividad Salomón Medina Carrillo.
Indicó que este padecimiento aparece alrededor de los tres a cinco años de edad, sobre todo entre los niños y niñas más nerviosos, y aumenta su frecuencia hasta los diez o doce años, edad en la que usualmente se suele renunciar a este hábito.
El médico del Seguro Social aseguró que por razones estéticas, las mujeres se preocupan antes que los hombres por evitar morderse las uñas, y son las primeras en demandar ayuda, algo que suele comenzar entre los 13 y 15 años de edad.
Medina Carrillo señaló que la onicofagia es una forma de reducir la ansiedad, práctica que se convierte por momentos en una distracción fácil y relajante. Asimismo, este hábito que inicia en la infancia, consiste en un simple acto de imitación, donde los niños y niñas hacen lo que ven hacer a las personas adultas, aunque en la mayoría de los casos el origen se encuentra en la ansiedad y la forma que las personas tenemos de paliarla o contrarrestarla.
La costumbre de morderse las uñas, agregó el encargado de la coordinación médica del IMSS, se convierte con el tiempo en un acto del que no se es consciente y por ello resulta más difícil dejarlo, sobre todo ante situaciones de estrés, nerviosismo, angustia, insatisfacción personal, entre otros factores, que intensifican la costumbre, generando así un círculo vicioso difícil de romper.
Muchas de las consecuencias de la onicofagia son estéticas. Las manos, los labios e incluso los dientes pueden verse alterados en su forma, no obstante las consecuencias más graves tienen lugar en el plano físico: en dientes, encías y en las propias uñas, que pueden llegar a sufrir graves daños, detalló.
En el Instituto Mexicano del Seguro Social se brinda tratamiento de acuerdo a la problemática oculta tras el síntoma de morderse las uñas, por lo que primer se descarta el trastorno de origen, ya sea de ansiedad grave, depresivo, retraso mental, daño neurológico o la asociación de problemas emocionales y ambientales.
Una vez diagnosticado el origen, los especialistas otorgan la psicoterapia como tratamiento, enfocado a los trastornos emocionales que generaron la ansiedad de morderse las uñas como manifestación, refirió el médico.
Promover la salud mental desde la etapa preescolar, es necesario para prevenir estos trastornos; o bien, brindar el tratamiento específico y oportuno para evitar consecuencias como la onicofagia y ayudar así a las personas y a las familiar a mantener una mejor calidad de vida en su salud física y mental.