Desde Morelia, el presidente se refirió, sobre todo, al exgobernador Silvano Aureoles, quien hace dos meses cedió la administración a Alfredo Ramírez Bedolla.
El presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que la situación de inseguridad y de conflictos sociales que se desarrollaron en Michoacán le quedó grande a los exgobernadores de la entidad.
Desde Morelia, el presidente se refirió, sobre todo, al exgobernador Silvano Aureoles, quien hace dos meses cedió la administración a Alfredo Ramírez Bedolla y quien señaló que la entidad viviría una situación de narcogobierno.
«Era mucho pueblo para el gobierno que se tenía, para tan poco gobierno. Mucho pueblo Michoacán, para gobernantes que no estaban a la altura de los michoacanos», sentenció López Obrador.
Insistió en que su administración no entablará una guerra contra las bandas del crimen organizado que tienen presencia en Michoacán, sino que mediante becas y apoyos económicos se buscará evitar que los jóvenes sean captados por los grupos criminales.
«Tenemos la tarea de pacificar Michoacán y estamos evaluando el plan que ya se echó a andar para lograr la paz y la tranquilidad en Michoacán, a pesar de la complejidad, de la herencia que se recibió, de grupos delictivos que han operado desde hace muchos años en Michoacán.
«Se está trabajando, desde luego sin declararle la guerra a ningún grupo, buscando proteger a la gente y atender las causas que originan la inseguridad y la violencia», reiteró López Obrador.
El gobernador Alfredo Ramírez Bedolla reconoció que hay apoyos del gobierno federal a través de recursos federales, de programas sociales y de pago de nóminas para la burocracia estatal y el sector magisterial.