El actor y director platica sobre el momento que enfrenta el mundo ante la pandemia por el coronavirus y afirma que México es el país donde quiere pasar la cuarentena.
Gael García Bernal (1978, Guadalajara, México) accede a la entrevista en línea, como todo ahora. Es amable y tan natural como sus actuaciones. En sus respuestas resulta auténtico, profundo, brillante y en momentos idealista. Prefiere que no se vea su rostro: «Perdón por no poner la cámara, pero ando con taparrabos nada más (suelta la carcajada), disfrutando la pandemia en ese sentido». Siempre ha manifestado que las fotos crean una barrera y afortunadamente nosotros queremos algo más: su voz, su visión y su pensamiento lo son. Gael se enlaza desde algún lugar de la Ciudad de México que tanto quiere… su corazón charolastra; y nosotros, atrás de los Estudios Churubusco, en la Country Club, desde la cuadra donde se filmaron algunas escenas de Y tú mamá, también. Sin duda, una agradable coincidencia…
Sobre el coronavirus, tema de cualquier saludo en estos tiempos, va al fondo del asunto: «Es una enfermedad corruptiva, en la que podemos tener mucha simbología… hay mucho significado detrás de todo esto. El otro día estaba viendo un comentario de Bifo (Franco Berardi), el filósofo italiano que dice que estamos atrapados por la expansión, el crecimiento económico, el acaparamiento. Entonces, lo que estamos viendo es un síntoma, una especie de malestar».
El 28 de febrero, desde el entonces epicentro de la pandemia, decía el pensador: «La Tierra ha alcanzado un grado de irritación extremo, y el cuerpo colectivo de la sociedad padece desde hace tiempo un estado de estrés intolerable: la enfermedad se manifiesta en este punto, modestamente letal, pero devastadora en el plano social y psíquico, como una reacción de autodefensa de la Tierra». Gael lo cacha. Le preocupa la gente mayor, sobre todo en un sentido: «es difícil que vuelva, si no a la normalidad, a una libertad que existía de poder hacer lo que ellos quisieran. Eso va a cambiar por un rato».
Sobre cómo se conduce México, se manifiesta como un observador de vista periférica: «Toda esa información de la telenovela que pasa a las siete de la noche, para mí es fascinante… me encanta escuchar a los médicos… satisface una de mis profesiones frustradas. Es un acercamiento más con todo, hasta sus inevitables fallas, es una visión más holística del asunto».
«La información de la telenovela que pasa a las 7 de la noche, es fascinante… me encanta escuchar a los médicos».
«Luego de ver la postura de otros países como Argentina y Colombia que cerraron completamente sus fronteras… China, que puede hacer un confinamiento obligatorio… la libertad de este confinamiento voluntario nos está dando a todos nosotros una sensación de democracia, participación; ahorita, por ejemplo, yo puedo salir y comprar comida, puedo hacer ejercicio con mi tapabocas… andar en bici. Éste es el país donde quiero pasar una cuarentena, donde veo también la calle vacía y estamos todos participando, cada quien bajo su propia responsabilidad».
Pero no deja de ver a todos: «En México la postura es ‘si tienes casa, quédate en casa’, ya que aquí no puedes obligar alguien que no tiene casa a quedarse ni obligar a un sector que vive al día y tiene que salir a trabajar por necesidad. Tiene sentido. Uno proyecta el pánico, quiere que el gobierno esté igual de paniqueado que uno… el gobierno lo que hace es no generar miedo… espero que a México le vaya bien con esta propuesta».
«Uno proyecta el pánico, quiere que el gobierno esté igual de paniqueado que uno».
Cuando se trata de rascarle y de no quedarse en la superficie de una epidemia, Gael habla de otra más peligrosa: «A nuestros hijos les tocó un momento difícil, crítico… pero le preguntas a alguien que estuvo en la guerra y para nada. Me encanta que en México no se haya hablado de tiempos de ‘guerra’ en contra de un enemigo invisible, cosa que sí se ha hecho desgraciadamente en muchos países latinoamericanos… creo que por un lado está ese peligro… esos brotes de autoritarismo que pueden surgir en el mundo a raíz de esto; pero por otro lado ¿hacia dónde se va decantar todo?: ya nadie puede hablar sobre que está mal que el estado se ocupe de la salud universal».
«México es el país donde quiero pasar una cuarentena, donde veo la calle vacía y estamos todos participando».
Para García Bernal es importante todo lo que hay alrededor y eso implica a un México que cambió: «Hay que aceptar que es algo que siempre quisimos, desde muy pequeños vimos a nuestros padres crecer en un mundo donde era muy complicado alzar la voz, el ser contestatario… hasta que empezamos a darnos cuenta de que podíamos hacer lo que quisiéramos y de que había una responsabilidad muy grande en ello».
Sobre las mujeres, esto: «El movimiento del feminismo es quizá la lectura reivindicadora de las libertades del siglo XX y la que más ha cambiado el planeta en este siglo. Entonces, hay algo ahí, una deuda pendiente, algo impostergable que Latinoamérica no estaba atendiendo y por ende la reacción es aún más creativa, virtuosa y contundente».
«El movimiento del feminismo es quizá la lectura reivindicadora de las libertades del siglo XX».
Información por MILENIO.