El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), publicó en días pasados, el «Boletín de la Tendencia Laboral del Desarrollo Humano», el cual arroja luz sobre diferentes aspectos teóricos, metodológicos y empíricos del comportamiento reciente del desarrollo humano en México, que me parece oportuno y necesario rescatar.
El documento parte de señalar que el desarrollo humano es el proceso mediante el cual se amplían las capacidades de los individuos y sus posibilidades de elegir el tipo de vida que más valoran; mientras que el Índice de Desarrollo Humano (IDH) es la herramienta que permite medir los avances registrados por tales dimensiones.
Su propósito toral es analizar la relación entre el trabajo y el desarrollo humano, acuñando el concepto y el índice de competitividad social, el cual alude al potencial de una sociedad para generar bienestar a sus integrantes por medio del mercado de trabajo, en tanto que el Índice de Competitividad Social (ICS) retoma las mismas dimensiones que el IDH, que son salud, educación e ingreso y las vincula al trabajo.
Dado el alto grado de asociación entre ambos indicadores y que es posible actualizar trimestralmente el ICS, lo convierte en un referente para estimar la tendencia del desarrollo humano. Dicha estimación deriva en un nuevo indicador: el Índice de la Tendencia Laboral del Desarrollo Humano (ITLDH).
De acuerdo con la evolución de este Índice, el desarrollo humano en México creció durante los últimos años, lo que es indicativo de que el ITLDH puede ser un predictor razonable de la tendencia del IDH. Entre 2012 y 2014, el IDH nacional aumentó en 1.03 por ciento, representando una tasa de crecimiento promedio anual de 0.51 por ciento. Asimismo, el ICS aumentó 2.0 por ciento en dicho periodo, si bien dicho crecimiento no fue homogéneo, mostrando marcadas disparidades entre las entidades federativas. Nuevo León, Coahuila y Chihuahua, fueron los estados con el ICS más alto; mientras que Chiapas, Oaxaca y Guerrero, tienen los niveles más bajos de competitividad social.
Con todo, la dinámica positiva observada por el ITLDH y, por ende, del IDH durante los últimos años, refleja las condiciones favorables y de mejora sistemática que ha venido registrando el mercado laboral en México. En síntesis, es posible aseverar que la metodología y resultados presentados por el PNUD resultan reveladores, sobre todo, si consideramos el reciente informe presentado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval).
En el Senado de la República, seguiremos trabajando en la actualización del marco jurídico y daremos seguimiento puntual a la implementación de las reformas transformadoras impulsadas por el presidente Enrique Peña Nieto desde inicios de su administración, siempre pensando en el mejoramiento del bienestar de las familias mexicanas.
