Mary Rendón, 53 Años de Hacer Feliz a los Niños con la Confección de Piñatas

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  • ”Las Mil Piñatas”, en Guillermo Nelson 1909
  • Sin piñata no hay fiesta de niños

Doña Mary Rendón, es una ama de casa que ya tiene una historia de 53 años haciendo feliz a los niños a través de la confección de piñatas de manera artesanal, a pura tijera, papel, cartón y engrudo.

Dice que las piñatas nacieron cuando su esposo era payaso, hace ya unas décadas, y que dentro del show llevaba una piñata y, con el éxito de éstas, se dedico de lleno a la construcción de las piñatas en los tiempos en que las ollas eran de barro.

Ya señora de las siete décadas, doña Mary afirma que no ha dejado de hacer piñatas porque para ella es un gozo y un disfrute el pensar que su colorido trabajo, aunque a veces cansado, hace la felicidad de los niños en una fiesta. “Sin piñata no hay fiesta de niños”, subraya contenta, quien además tiene un amor por los perros de la calle y en su casa tiene al menos unos seis.

Su filosofía de vida cuando su hija le dice que la va sacar de trabajar, que ya no se canse, ella contesta sonrisa en cara: “Que ya descansará mucho en el panteón…”

Recuerda que empezó a vender piñatas a tres y cinco pesos hace más de 40 años y ahora la piñata más barata es una con figura de estrella, chica, que cuesta 50 pesos, otras valen 150 y hay unas grandes que alcanzan los 300 pesos.

Doña Mary dice que en estos tiempos las piñatas que más vende son las tradicionales, las navideñas: estrellas de colores de siete picos, el santa clauss, mono de nieve, entre otras, aunque la gente a veces prefiere con figuras de las caricaturas que andan en la televisión.

Humilde y sincera como ha sido la artesana de piñatas, dice que luego tiene descuentos para los amigos y la familia y, aprovecha este medio de comunicación, para invitar a la familia mazatleca que recuerde que es la señora de las “Mil Piñatas” y que trabaja en su casa, en Guillermo Nelson 1909, en la colonia Centro, a una cuadra del mercado “José María Pino Suárez”.