ELIO EDGARDO MILLÁN VALDEZ.
Ahí donde uno dice sí el otro indica que no, y viceversa. ¿Dos proyectos distintos? No, de ninguna manera. Creo que los “proyectos” de campaña de los contendientes son sólo una especie de oposiciones complementarias. Dicho en otros términos: su arenga es apenas una simplificación de lo que debiera ser un proyecto de que negara, conservara y superara los devaneos acusatorios de ambos postulantes a dirigir al PAN. Chicanamente podría afirmarse que Madero y Cordero traen sólo la mitad de la moneda en la bolsa, lo cual en buen español quiere decir que no traen ninguna.
Creo que en el fondo, además de hacer conservar o conquistar la dirigencia del PAN, lo cual no es poca cosa, es un ajuste de cuentas que viene desde que Calderón era presidente hasta el momento en que Madero despidió de la coordinación de los senadores del Pan en la Cámara Alta. Esta vendetta no ha tenido tregua y ha rebasado todas las formas de la cortesía política. Pareciera este encontronazo a una de las peleas que el PAN ha tenido con la Izquierda. Para aclarar esta ideas vayamos primero a las coincidencias políticas.
COINCIDENCIAS Y PECADOS
1.- Pasado/presente. Pero en esta pelea agónica ambos candidatos callan que compartieron el período de las “concertacesiones” que, vituperó a rabiar la izquierda, finalmente los llevó a la presidencia, no sin andar y desandar laberintos y atajos; con un candidato boquiflojo que nada tenía de panista. En esta gesta, por cierto, los principios brillaron por su ausencia y pusieron en su lugar la realpolitik.
2.- Madero y Cordero cohabitaron en el proyecto del Calderonismo. Y lo hicieron como dos gotas de agua, al punto que Calderón Hinojosa perseveró para hacer de Gustavo Madero presidente nacional del PAN. Ambos se mecían en la hamaca que les había tendido el presidente.
3.- Tanto Calderón como Madero, más allá de la esgrima verbal en contra del primero, aceptaron el Pacto por México. Inclusive votaron junto con el PRI y el PRD las llamadas reformas estructurales, y también justos se opusieron con uñas y dientes a la reforma hacendaria.
AMBOS ENEMIGOS DE LOS ENEMIGOS DE CALDERÓN
Y con todas estas coincidencias, a la que debe agregarse su convergente animosidad contra Santiago Creel, pelean como gladiadores diciéndose que traen en sus alforjas proyectos diferentes. Y si esto es cierto, entonces su lucha a muerte es por hacerse de la dirigencia del PAN, tiene como motivaciones fundamentales:
1.- En el caso Gustavo de Madero evitar a toda costa que Calderón y el calderonismo vuelvan a apoderarse del PAN, porque desde la presidencia, pero no sólo desde la presidencia, lo marginaron, lo humillaron y trataron de echarlo de la dirección panista haiga sido como haiga sido,
por haberse opuesto o no haber operado a favor del candidato de Felipe Calderón para contender por la presidencia de la república.
2.- Desde la perspectiva de Ernesto Cordero, el que Madero haya “traicionado” a Calderón en la citada contienda del PAN, adquirió un doble agravio porque el perdedor de esta contienda fue él, pues la candidata a la presidencia por el PAN fue Josefína Vázquez Mota. Pero hay más: Gustavo Madero defenestró a Ernesto Cordero como jefe de la bancada panista en el Senado; en su lugar a Jorge Luis Preciado.
LA TERCERA ES LA VENCIDA PORQUE NO HAY QUINTO MALO
Esta reyerta cuerpo a cuerpo tiene por lo menos dos años que reventó y sabemos cuándo cesará. Tal vez podría tomar una “santa distancia” si Cordero le hunde el cuerno a Madero, pues este tendría que pasar en casa unas largas vacaciones, seguramente más allá del 2015. De batalla cuerpo a cuerpo pasaría a una batalla mediática tal vez epistolar.
Si pierde Cordero sería la tercera derrota consecutiva que le infringiría Madero. Quizá por ello el discurso de esta corriente es de mayor estridencia, pero también esta preocupación ha hecho regresar el propio Felipe Calderón de su destierro académico, para venirse para hacerle ruido al chicharrón electoral en favor de su subordinado y compañero de batallas.
Una tercera derrota sería una catástrofe para Cordero, pero a diferencia de Madero que se iría a cuidar a sus nietos, él seguiría activísimo desde su curul senatorial, esperando una nueva oportunidad para la dulce venganza, porque el que ríe al último ríe mejor.
QUIÉN GANARÁ LA CONTIENTA POR LA PRESIDENCIA DEL PAN.
Al Parecer será Madero el que ganara la elección, si se toma en cuenta que los gobernadores, presidentes municipales y demás usufructuarios del presupuesto han decidido jugársela con él, seguramente porque creen que Ernesto Cordero podría dar un golpe de timón y sacarlos de la zona de confort que están hoy y además ya sin la incomodidad del Pacto por México.
Ya vimos como se movió la burocracia en Puebla y Sinaloa, panistas de ambos Estados se dieron un buen baño de pueblo al acarrear a panistas y no panistas a mostrarle su adhesión al prócer de Chihuahua. Pero este tipo de adhesiones no sólo han sido en aquellos Estados. El prócer de chilangolancia, por el contrario, ha tenido actos de proselitismo modestos, aunque él asegura que va adelante en las encuestas porque su trabajo es a ras de tierra.
Sea como fuere en esta pelea de rudos no están en juego los principios del PAN, ni un cambio estratégico mayor. Está en juego, además de las canonjías que da la presidencia de un partido de la envergadura del PAN, una pelea de dos tipos de cuidado de orgullos heridos y el cobro de facturas. Estoy seguro que el PAN no ganada nada cuando termine esta contienda. Apuesto doble contra sencillo.