+ López Obrador y sus primeros 100 días
+ La evaluación: calificación es negativa
+ Existen 3 temas sin presentar resultados
+ Popularidad pero el país está polarizado
Por Heriberto Millán G.
heribertomillang@gmail.com
Andrés Manuel López Obrador, en los primeros 100 días de su gobierno, no ha tenido ningún evento que afecte su popularidad, está claro pero hay que consignar que no ha podido, ni un tantito, frenar los tres grandes problemas que aquejan al país.
Se le ve rijoso, sobre todo en las giras a entidades, autoritario, pues impone su criterio sobre muy diversos asuntos, está metido ciento por ciento a la grilla marrullera, sin dar la cara y busca afanosamente que sus adversarios no se recuperen del golpe 2018, hasta inducir la reducción al subsidio a partidos, que por supuesto le aplaude la sociedad y a eso se atiene, porque su único fin tiene origen en el tema político-electoral.
Reducir subsidio a partidos, a reserva de generar más comentarios, abre una fuerte posibilidad al financiamiento de origen no deseado, lo que justificaría un plan para su campaña del 2021.
Vemos entonces muchos asuntos que tienen que ver con sus primeros 100 días del “Gobierno de México”, según reza la publicidad que agobia, contra la que por cierto estuvo en contra y que hoy, como dádiva, mantendrá para que los reporteros y periodistas puedan tener una fuente de trabajo. Así lo dijo en el púlpito.
Desde el pasado viernes, las mujeres le recordaron a su gobierno que atienda el gravísimo problema de, primero, la inseguridad y, la violencia en contra de las mujeres. Que acabe con la impunidad que fortalece a quienes las agreden.
Peleado con el pasado reciente, al que tiene prisa por demoler y construir lo que a su juicio debe ser el México de hoy, advertimos que en el paso de los días, hay errores, autoritarismo y fiesta, mientras los afectados estén lamentándose de haber sido excluidos de los programas formales de gobierno como sucede con los productores agrícolas del norte del país, trigueros de Sonora, Maiceros de Sinaloa, soyeros y maiceros de Tamaulipas, por ejemplo.
Gobernar con éxito no significa regalar dinero como hasta ahora lo ha hecho. Hay graves equivocaciones como el tema de las estancias infantiles o los refugios para mujeres que han sufrido de violencia intrafamiliar, primer paso al feminicidio.
Ese modito de sus conferencias mañaneras tiene que transformarse en un verdadero ejercicio de gobierno y pasar de la esperanza a los resultados. Por eso, contra lo que muchos digan y piensen, una primera evaluación, debe ser negativa.
Ni la economía y muchos menos la seguridad pública y el respeto al Estado de Derecho advierten de una mejora, siquiera al mediano plazo.
Tenemos un país polarizado que no se refleja en las encuestas, pero si en las redes sociales. Consulta Mitosfky otorga un 67 por ciento de aceptación y Parametría 86, en sus últimos ejercicios; establecen sí, popularidad pero no homogeneidad en la población y, aunque es estable, hasta ahora, no quiere decir que sea inamovible.
El tema que dejó mal parado a su gobierno, en franco atentado al Estado de Derecho, fue el paro ferroviario de Michoacán cuyas pérdidas financieras a empresarios fue mayúsculo. Entendemos que habrá un costo político. Al tiempo.
No olvidar los despidos de trabajadores burócratas federales, las huelgas en las empresas maquiladoras en la franja fronteriza y los muertos de Tlahualilpa en el Estado de Hidalgo por el Huachicoleo del pueblo bueno.
Así que definitivamente no pasa satisfactoriamente el repaso de los primeros 100 días. Seguramente alguien piensa lo contrario. Lo entendemos.