A la corta edad de 16 años Luis Ángel López Villa aprendió el negocio familiar que es la venta de ceviches, ubicados al lado de la prepa Vasconcelos y la Federal Dos.
Seguramente si estudiaste en alguna de estas escuelas, ya conoces el delicioso ceviche de Sierra con o sin mayonesa, el de cochito; todo acompañado de un refrescante tejuino o bien una deliciosa cocohorchata.
Aun y cuando el Covid, detuvo su negocio por un tiempo, ya que su “fuerte” era los alumnos, maestros y padres de familia de las escuelas de los alrededores, este no fue impedimento para reiniciar, sus 14 años al frente de esta sucursal hablan por él.
Con temores como todo empresario, que vio mermado sus ingresos por esta pandemia, regresó en su horario normal, con la incertidumbre de que las ventas no fueran las mismas, pero conforme paso el tiempo, sus clientes fieles se hicieron presentes.
Este próspero negocio familiar nació a iniciativa del patriarca, quien les inculcó a sus hijos con el ejemplo de luchar por lo que quieren; y hoy en día ya tienen 5 sucursales, las cuales son atendidas por el mismo número de hermanos.
Luis se considera un hombre de fe, por lo que comparte que si un sueño se acompaña de esta fe, las cosas siempre salen bien.
“Dios nos ha ayudado para estar aquí todos los días, por eso digo que con Dios podremos llegar a donde queramos”.
