ELIO EDGARDO MILLÁN VALDEZ.
Andrés Manuel López Obrador explicó, el 13 de mayo, que el regreso a la “nueva” normalidad será por etapas y se usará un semáforo de cuatro colores: rojo, anaranjado, amarillo y verde, en donde el rojo representa mayores restricciones y el verde el regreso a todas las actividades. Por su parte el secretario de Salud, Jorge Alcocer, aseguró que el plan de reactivación económica cumple con los criterios de seguridad y certidumbre; se privilegió la salud de los mexicanos.Enseguida expreso: “Este es un plan progresivo para el reinicio de actividades sociales, económicas y escolares bajo los principios de claridad, seguridad y certidumbre. Se privilegiará siempre la salud y la vida. Vayamos hacia una nueva normalidad”, expresó el secretario de Salud”.La Secretaria de Economía, su vez, afirmó que el plan implica tres etapas.
Después del protocolo y de las formas como de pondrá en operación, López Obrador dijo que, aunque hubo consenso con los gobernadores para realizar el ´Plan de la Nueva Normalidad´, su puesta en marcha es voluntaria y no habrá controversia con los estados o municipios que no consideren llevarlo a cabo. Y luego presumió: “Estamos en un momento estelar de la democracia en México, por eso no vamos a aplicar medidas coercitivas, nada por la fuerza todo por la razón y el derecho. Este plan es de aplicación voluntaria, confiando en la responsabilidad de la gente y garantizando las libertades en lo más amplio posible”, expresó el mandatario. Y remarcó para que no se olvide: “Si hay una autoridad municipal , estatal, que de acuerdo a las características propias de cada región, de cada estado, decide que no va a acatar este plan , no habrá controversia, no vamos a pelearnos, no vamos a dividirnos, no vamos a apostar a la separación,
II
Los gobernadores se quedaron con los ecos de esa mañanera en los oídos, y empezaron a preguntarse si este laissez faire, laissez passer de Andrés Manuel era una cortina de humo para deshacerse de ellos y dejarlos a la intemperie, bogando en una tormenta que los amenaza a ellos y sus representados al no contar con los recursos extraordinarios que se requieren para enfrentar el metéoro que ya les está hundiendo la barca, a la que casi ya no pueden achicarle el agua. Después decenas de peticiones que le hicieron al presidente y éste, después de tanta insistencia, les propuso que el Secretario de Hacienda, Arturo Herrera, platicaría con ellos de manera virtual. A los Gober de nuevo les latió su alicaído corazón, seguramente fueron en procesión a rogarle a la virgencita de Guadalupe para que el «cododuro» del Secretario no les saliera con cuentas mochas, como lo había hecho López Obrador, no precisamente ignorando sus peticiones, sino negándose a oírlas en plena emergencia sanitaria y económica.
Uno tras otro los gobernadores insistieron en el tema de un reembolso, como una forma de ayudar a sus estados y no desbalancear su gasto normal en los temas de salud habituales, pero Herrera nunca les respondió. Con evasivas y con explicaciones técnicas del presupuesto, el secretario de Hacienda se salió por la tangente y evitó, en casi dos horas que duró la reunión, comprometerse en algo concreto para que los gobiernos estatales tuvieran algún recurso extraordinario. A lo único que se comprometió Herrera, a pesar del bombardeo de los miembros de la CONAGO, fue a que «sus participaciones federales correspondientes al Presupuesto Federal 2020 están garantizadas», según lo confirmó Hacienda a través de un comunicado al día siguiente.Esta dejo a los gobernadores “chiflando en la loma. El mensaje de Herrera, que es le mensaje de López Obrador, fue contundente y de mala leche, algo así como: ”Rásquense con sus propias uñas”
DespuÉs de esta sarabanda me acordé de Muñoz Ledo, el cual condenó la injusticia del “Pacto Fiscal” en la la Federación se queda con el 80% de la recaudación, los estado con el 15 y los municipios con el 5 por ciento. Después condenar estar injusticia demandó rectificar este “agandalle” para que México no sea más una federación sin pacto fiscal a la medida del presidencialismo. Cierto esta inequidad viene desde el prianismo, pero nada ha hecho el prócer de Macuspana para revertir esta injusticia.