La “Vida no es Sentarte y Ponerte a Llorar”, Dice Ariel con su Discapacidad

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*Un camión le quitó la pierna

*Sin preparación es inventor

A sus 47 años, Ariel Alarcón Iturralde, pareciera que es una persona con una discapacidad más, pero él le dio la vuelta a su problema con mucha alegría, porque la “vida no es sentarte y ponerte a llorar”.

Incluso, ese accidente en que lo atropelló un camión de volteo en un semáforo y que le quitó la pierna, ahora es una “bendición porque lo hizo más humano”, mejor esposo, padre y amigo, aunque él se dice “mandilón”.

Al momento de la tragedia pasajera, se dijo: “Dios mío ahora que voy hacer”, pero reconoce que el apoyo de su esposa, los hijos y la familia lo levantaron. El accidente fue hace tres años, hoy es otra historia.

Ariel es una persona de barrio, de abajo, pero feliz; inventor y emprendedor innato; sin preparación se hizo fabricante de un “Exterminador” que es un fungicida comercial para empresas.

En la plática nos dice que primero hizo su prótesis de la pierna derecha y después ideó adaptarle a su motocicleta una especie de carrito con un freno especial de mano. Ahora ha “fabricado” y equipado 12 motocicletas más para distintas personas.

También hizo su propia fórmula de un insecticida que patentizó como “Rociador” y que vende a conocidas empresas por litros en botellas plásticas, como Ferresin, Ferreagua, Dulcerías Valdés y fruterías Pavel, entre otros negocios.

Dijo que la discapacidad no está en las extremidades que puedan faltarle a una persona, sino en el cerebro. A los días del accidente señaló que agarró un par de muletas y se fue a la calle a vender todo tipo de cosas y después le salieron sus invenciones y hasta el saber de productos químicos para crear un líquido fumigador.

Ariel es hoy es una persona alegre, bailadora, “bien vivida” que ya dejó vicios; ahora su mayor alegría es su familia, sus cuatro hijos sacarlos adelante en sus estudios. “La vida no es sentarte y llorar; mover la cabeza y pensar que va a pasar mañana”.

Con humildad mandó un mensaje a quienes se sienten olvidados o marginados de que la “vida se puede aún con discapacidad”.