Desplazados en Casas Pequeñas, Sin Servicios, Pero Lejos de la Violencia y la Muerte

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*Son más de 50 familias desplazadas

*Donadas por el gobierno estatal

Al menos unas 50 familias desplazadas de la sierra, por el tema de la violencia, ya tiene sus casas, pequeñas pero al fin sus hogares y sobre todo lejos de los sobresaltos y angustias de morir a manos de delincuentes que imponen el terror en los altos de la sierra en las colindancias de Sinaloa con Durango.

Miguel Ángel Gutiérrez, de los líderes del MAS, fue artífice para esta entrega de casas que hizo hace varias semanas el gobernador Quirino Ordaz Coppel y visitadas por el mandatario, el sábado pasado.

Las casas están ubicadas en el nuevo Fraccionamiento CVive, cerca del Fraccionamiento La Alborada, hasta donde llegan los camiones urbanos de la ruta El Infiernillo. Allá un poco más arriba de Rincón de Urías, donde no hace mucho era monte y tierra de alimañas. Hoy, en ese lugar hay poco más de 25 casas de un lado y otras 25 del otro y enmedio una avenida de tierra sin pavimentar.

Para Alma Longoria Sosa su nuevo hogar es de lo mejor que ha tenido, aunque arriba, en la sierra, tenía su casa propia y grande, pero después de años de batallar con las amenazas y agresiones de los grupos delincuenciales hoy, dice en la entrevista, que está contenta y en paz.

-“Tengo esta casa después de cuatro años y medio de hacer plantones en Culiacán y Mazatlán, en donde el alcalde nunca nos hizo caso. Gracias Miguel Gutiérrez y a Lorena García, hoy tengo esta casa. Estoy muy contenta con mi casa: tengo salita y comedor y una habitación amplia que se pueden convertir en dos recámaras…” Reconoce que no tienen agua potable y drenaje, pero tiene confianza en que pronto les pongan estos servicios.

El pequeño fraccionamiento CVive no enfrenta problemas de robo y de ninguna naturaleza salvo la falta de esos servicios. Tienen baños (mingitorios) portátiles comunitarios y se bañan con agua que llega cada semana a través de una pipa del municipio

En otra entrevista, Micaela afirma que está a gusto porque tiene su casa, pero por otro inconforme porque no tiene agua potable, drenaje ni luz. Apunta que cuando se habló de entregar casas, ella pensó que sería con todos los servicios y ahora la realidad es otra. Micaela pide a las autoridades “que cumplan con lo que prometen…”

Finalmente, Adilia dice que está contenta porque ya no paga renta, pero coincide que desde hace dos meses que llegaron y desde entonces no tienen los servicios básicos; las casas que les entregaron son demasiado austeras y que “no sabe a quién pedirle que les pongan el agua, el drenaje y la luz…Tenemos un techo, pero hay sufrimiento todavía”.