LIBERAR O NO LIBERAR EL HIJO DEL CHAPO, ESA ES LA CUESTIÓN.

0
303

@Elio Edgardo Millán

Ayer y hoy amanecimos inmersos en una explosión generada por una gran polémica respecto a si fue correcto liberar o no liberar al hijo del legendario Chapo Guzmán. La prensa, las redes sociales y la gente en la calle discutió y sigue discutiendo sobre la pertinencia o no de haber “soltado” Ovidio Guzmán. La discusión que convirtió en trending topic, además esa controversia hizo gala de descalificaciones entre los esgrimistas verbales que se enfrentaron, que nos mostró a un México peligrosamente dividido. Esta discusión subida de tono ocurrió cuando Culiacán todavía olía al humo de la pólvora que quemaron con sus metrallas los narcos y la Guardia Nacional.

Pero más allá y más acá de esos dimes y diretes, la pregunta por la que se desgarraron las vestiduras miles de personas con una interrogación bizantina, porque ante la invasión no “prevista” de los narcotraficantes mejor armados que los “defensores” de la sociedad y el peligro que ello implicaba para la gente, inclusive yo hubiera afirmado que la decisión del Gabinete de Seguridad (GS), que comanda AMLO, fue atinada o al menos prudente. Pero la pregunta que realmente debemos hacernos es por qué ocurrió una violencia de tal magnitud que aterrorizó a propios y extraños, con el ingrediente se que este hecho sangriento nos puso en la lupa internacional como un Estado fallido.

POR QUÉ FALLÓ EL SISTEMA NACIONAL DE SEGURIDAD.

Según nuestra interpretación, al Gabinete de Seguridad nunca le pasó por la cabeza la posibilidad de que el narco sinaloense tuviera la garra y la fuerza para invadir Culiacán y estar dispuestos a morir en la raya para liberar a su líder, Ovidio Guzmán, que fue capturado por la Guardia Nacional. Un evento de esta magnitud nunca había ocurrido en el país, desde que Felipe Calderón decidió acabar con el narco a garrotazos; pero además había dos antecedentes frescos en Sinaloa, por los cuales no podía ocurrir lo que ocurrió, a saber:

1.- El cártel de Sinaloa está dividido y en progresiva quiebra, según los especialistas en la materia. Es un cártel débil porque está fracturado: los hijos del Chapo contra Aureliano Guzmán Loera e Ismael, El Mayo, Zambada, el verdadero líder el Cártel de Sinaloa, siempre encubierto con un bajo perfil.

2.- Las dos veces que capturaron al chapo Guzmán, si bien hubo ruido y amenazas para liberarlo y hasta dos o tres manifestaciones, la sangre no llegó al río. En tal sentido, Gabinete se seguridad nunca imaginó que se armaría la gresca en las proporciones en las que ocurrió antier, sobre todo porque el Chapo tenía todo el poder de cártel de Sinaloa, en cambio Ovidio es un jovencito inexperto y débil por las cuarteaduras de su organización.

PERO EL CÁLCULO O LA FALTA DE CÁLCULO NOS DEJÓ FRÍOS.

Lo que el gabinete no pensó y menos diseño fue un plan B, que siempre se debe tener en los asuntos de seguridad. Esta carencia le costó a Sinaloa un terrible espanto que les heló la sangre. Pero incluso pudieron haber resuelto su olvido porque la refriega entre narcos y policías duró por lo menos 4 horas, pero no hubo respuesta de los responsables de la Seguridad Nacional, quizá porque tenían que hacer cosas más importantes. Y por eso pasó lo que pasó.

Hoy Sinaloa ha cobrado en el mundo la imagen de un Estado fallido, con las consecuencias que ello implica para la economía, la seguridad y la cultura sinaloense. Y lo peor es que esta falla del GS les mandó una señal de debilidad a los 80 grupos narcotraficantes que desde ahora pueden hacer lo que les de la gana. Ojalá que el gobierno federal corrija su plan y su estrategia de seguridad, porque las mamases no han podido controlar a los narcotraficantes. Volveremos a tratar el tema en otro nivel.