*No se beneficia el país
*Tampoco la mayoría de los mexicanos
La Ley de Telecomunicaciones terminó como cajón de “sastre, para hacer un traje a la medida no de Televisa, sino del Grupo Carso; esta ley no beneficia al país ni a la mayoría de los mexicanos”, dijo Maximiliano Ruiz Arias, conocedor de la materia e integrante de la dirigencia de Morena.
En amplia entrevista, afirmó que la ley de telecomunicaciones nació con grandes expectativas de reformas que beneficiarían el desarrollo del país, que se iban abrir los mercados y que llegaría la competencia y la digitalización de las tecnologías; que avanzaríamos en las comunicaciones, pero finalmente esa ley fue modificada en algunos aspectos, principalmente en los asuntos de la preponderancia con la complacencia del Congreso de la Unión para seguir en el beneficio de los grandes consorcios como Televisa y del Grupo Carso.
Dijo que el Congreso de la Unión, con aprobación de las leyes secundarias, declaró que la preponderancia debería ser en sectores y no en servicios y así Televisa puede tener más redes y puede competir por las nuevas cadenas de televisión abiertas o de paga y, para mí, le abrieron el camino; y en el caso de Carlos Slim, el otro magnate de las comunicaciones, nadie puede negar que tiene preponderancia en telecomunicaciones y ahora anuncia la venta de activos que es otro de los recursos y a cada ley, los grandes empresarios, siempre encuentran una salida para seguir en las ganancias multimillonarias que obtienen.
Max, como le conocen los amigos, precisó que así, los grandes empresarios formal filiales, fusionan otros grupos y lo que es tuyo lo divides en muchos copropietarios que te permiten seguir disfrutando de la parte grande del pastel y todos aquellos inversionistas que estaban expectantes en el extranjero, pararon todas las inversiones y no van a participar.
Sin embargo, Ruiz Arias, reconoce que habrá un mejor servicio con la utilización generalizada de la banda ancha, pero advierte ¿A qué costo?. Porque nadie sabe a quién favoreció la venta de fibra óptica que puede tener miles de usuarios en un kilómetro; aquí también hay favoritismo a ciertas empresas.
Los beneficios están en terminar el costo de las llamadas de larga distancia y en el caso de la banda ancha, por ejemplo, lo ideal es que se hubiera hecho de uso común. Dijo que es posible que en la telefonía haya mejores precios, pero no en la calidad. Incluso, puntualizó que Televisa nunca será una empresa que beneficie a los usuarios.
Más adelante, apuntó que el hecho de que haya más concesionarios en las telecomunicaciones no implica que los usuarios vayamos a salir más beneficiados; hay que entender que el espíritu empresarial no está hecho para abaratarle la vida a nadie, en su proceso y al final del año nunca van a tener pérdidas, sino cuánto más ganaron y recuperaron su inversión.
Dijo que en con estas reformas las radios comunitarias resultaron perjudicadas y les quitaron actividades que les permitían la sobrevivencia y hasta comercializar 6 minutos de cada hora, pero con los cambios ahora “las potencias que serán autorizadas son las de 20 wats, pero que no tiene mucho alcance; van a limitar la altura de las antenas, entre otras cosas”.
Max Ruiz dijo que el Congreso de la Unión quedó en una casa de “sastrería y hacer el traje a la medida del cliente y no solamente de Televisa, sino del Grupo Carso”.
Se quejó también de que el Ifetel, que tendría autonomía para otorgar o quitar concesiones, se anuló y le regresan el poder a Gobernación y al Presidente de la República para que tengan la última palabra en la materia. En síntesis, la Ley de Telecomunicaciones no benefició al país y a la gran mayoría de los mexicanos.