ELIO EDGARDO MILLÁN VALDEZ.
Afirma Leo Suckerman: “En mal momento político llega la crisis del coronavirus a México. Si de por sí las posturas políticas se estaban polarizando, ahora, en lugar de estar hablando de una reconciliación nacional para enfrentar uno de los mayores retos de la historia contemporánea del país, lo que domina en la agenda pública es la profundización de las divisiones existentes.
¿A quién beneficia la creciente polarización en épocas críticas como esta? Muy estudiado está el tema: a los radicales de la izquierda y la derecha.En otras palabras, el centro político, el que pugna por un cambio social por la vía del reformismo democrático, se va diluyendo (Excelsior. Leo Suckermann. 13/04/2020).
En principio hay que decir que desde la campaña, el triunfo de López Obrador, los meses anteriores a tomar la presidencia, todo 2019 y lo que va del 2020, el país está polarizado, no es como dice Suckermann que se estaban polarizando, ya vivíamos el fuego de la polarización.
El periodista se pregunta: “A quién beneficia esta polarización (…) Enseguida el mismo contesta su pregunta: “A los radicales de Izquierda y a la derecha” (Id)
LA DEMOCRACIA ES UN RÍO EN TIEMPO DE AGUAS.
El conductor de La Hora de Opinar, aunque no olvida que la democracia es ruidosa, afirma que “En México, quienes están tomando fuerza son los que, por el lado del gobierno, empujan un modelo revolucionario de cambio y, por el otro lado, los que ven en la crisis sanitaria y económica una oportunidad para derrocar el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador”.
Creo firmemente que su vaticinio es totalmente desmesurada por que, por una parte, nadie está fraguando un golpe de Estado y, por otra, son muy pocos los de morena que están pensando “reinventar” los frustrados soviet que llevaron al colapso a Rusia, con ello no quiero decir que no haya “acelerados” que pretendan lo uno o lo otro.
Si bien es cierto que en estos días estamos discutiendo un problema gravísimo, a saber: Si habrá una iniciativa gubernamental permita mitigar los problemas que nos está creando la recesión agravada por el furia infecciosa de la pandemia del coronavirus, que está a punto de estallar en su face tres y, por supuesto, una programa millonario que reactive la economía cuando termine la pandemia. Hasta ahora el gobierno que preside López obrado se ha negado a endeudarse para no caer en las garras del neoliberalismo y con ello fabricar un segundo FOBAPROA.
De parte de la iniciativa privada, periodistas, personalidades de la llamada sociedad civil existe enojo e incertidumbre por la situación que les depara en el presente y en el futuro y, precisamente por ello empujan con todas sus fuerzas a presionar a Andrés Manuel para que cambié su decisión para que haya dinero para salvar las contingencia del presente y , por supuesto, el posterior desastre de la economía, teniendo además el precedente de que todos los gobiernos del mundo van en esa dirección.
SE CASARON Y FUERON RELATIVAMENTE FELICES
Aunque el debate es cruento, no llegará la sangre al río, como supone Leo Suckermann. Primero porque el gobierno no querrá suicidarse políticamente. Segundo porque porque nuestra deuda pública es el 44.7 del PIB, en tanto que otros países ya sobrepasaron a su PIB en materia de deuda.
Tercero el préstamo a un institución bancaria no se les regalará a los empresarios y ni podrá haber corrupción porque quienes a la cabeza del gobierno son los cruzados que persiguen a los prevaricadores. Además actitud de López Obrador forzaría elegantemente a los empresarios a poner en operación una nueva reforma fiscal, que fortalezca las finanzas públicas en 1921 o antes.
Existen aún márgenes de maniobra para un acuerdo entre gobierno y los empresarios de todos los niveles, donde todos saldríamos ganando, pero sobre todo los trabajadores. Vale decir que los bolcheviques redivivos, han estado perdiendo en los hechos su influencia con el presidente, hoy es Marcelo Ebrard y su grupo quienes están piloteando la ¡nave en la que boga López Obrador.