Latinoamérica debería trabajar colaborativamente y tener una agenda en conjunto para saber cómo es que va a poder acceder a la vacuna contra el coronavirus.
Latinoamérica tendrá enormes desafíos para acceder a tratamientos y a una vacuna contra el COVID-19 cuando esté disponible y es por ello que se debe trabajar en la colaboración científica para desarrollarla, coincidieron este martes expertas.
“Nos encontramos en desventaja y vamos a tener mayores desafíos para acceder a vacunas y tratamientos contra la COVID-19”, aseguró Ana Palmero, coordinadora del Área de Ética en Investigación de la Dirección de Investigación en Salud del Ministerio de Salud de Argentina.
Durante el foro “¿Quién tendrá acceso a la vacuna contra el COVID-19?: Ética, biopolítica e implicaciones para México y la región”, Palmero destacó que la región debería trabajar colaborativamente y tener una agenda en conjunto para saber cómo es que Latinoamérica va a poder acceder a la vacuna contra el coronavirus.
Señaló que una de las principales preocupaciones es que la inequidad entre países y los diversos conflictos entre los intereses públicos y comerciales pueden obstaculizar el acceso universal a dicha vacuna.
“Otros de los desafíos que enfrentamos en la región gira en torno a los aspectos comerciales, como patentes y licencias, fijación arbitraria de precios, riesgos de monopolios y también la pérdida de confianza del público sobre los tratamientos”, manifestó la experta.
Criterios deben apuntar a nivel de riesgo
Silvia Serrano, especialista del Instituto O’Neill para el Derecho de Salud Nacional y Global de la Universidad de Georgetown, señaló que el nivel de riesgo de la población ante el virus “debe ser el primer criterio de acceso a la posible vacuna, no el de la capacidad adquisitiva”.
Señaló que uno de los aspectos más importantes que se deben de considerar en el desarrollo de la vacuna es garantizar el acceso a toda la población de la misma.
“Esto es particularmente importante en Latinoamérica, debido a la disparidad que existe en el acceso a los servicios de salud”, aseveró.
Señaló que hablar del acceso a una potencial vacuna es hablar del derecho a la salud y de gozar los beneficios del progreso científico, “del derecho a la no discriminación”.
Indicó que en Latinoamérica uno de los grandes desafíos es la enorme disparidad de bienes de acceso y “probablemente esto se vea reflejado en el acceso a la vacuna”.
Sin embargo, exaltó que es importante que el acceso sea prioritario a personas que están en riesgo, como por ejemplo, personal médico.
La experta enfatizó que el acceso equitativo a la vacuna debe ser una prioridad global “es un objetivo fundamental debido a que la inmunización generalizada es hasta ahora la principal estrategia para acabar con la pandemia”.
Solidaridad real
María de Jesús Medina Arellano, investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aseveró que el mundo necesita de una solidaridad real y de cooperación para el desarrollo de la vacuna.
La también integrante del Comité de Ética del Consejo de Salubridad General en México, señaló que existe un riesgo real de que la vacuna pueda ser acaparada por algún país o se haga un monopolio “en la pandemia de influenza los países ricos negociaron las vacunas dejando fuera a países pobres”, expresó.
Y es por ello, apuntó, que se debe trabajar para contar con leyes a nivel mundial que hagan que la vacuna sea accesible para todos los países.
Al respecto, Silvia Serrano dijo que se deben adecuar los marcos normativos como la creación de reglamentos más estrictos para patentes, licencias obligatorias para producir genéricos y que exista la posibilidad de que estos genéricos se puedan exportar.
En Latinoamérica hay alrededor de 2.8 millones de casos confirmados y más de 120 mil muertes.
Información de EFE