Porristas, bastoneras, bandas de guerra, tablas gimnásticas y los cuadros revolucionarios, le dieron el colorido al desfile de poco más de tres horas y media por el aniversario 114 de la Revolución Mexicana. Muy austeros se vieron ahora los agrupamientos de la Marina y del Ejército Mexicano y sólo la gallardía de los estudiantes de la Escuela Náutica y de la Asociación de Charros de Mazatlán salvaron un cierre de la parada cívico-militar que decayó por el largo desfilar de 37 escuelas, entre públicas y privadas.
Encabezó la “fiesta revolucionaria”, la alcaldesa de Mazatlán, Estrella Palacios Domínguez, acompañada de las autoridades civiles y militares, desde un improvisado templete de madera frente al Hotel La Hacienda, donde es tradición ya que se monte el podio para este tipo de eventos por el hermoso y uno de los más grandes Malecones del mundo.
La Octava Región Naval y grupos de la Secretaría de Marina presidieron los contingentes pasadas las ocho de la mañana y el desfilar duró poco después de las 11:30 horas. No hubo nada espectacular y se observaron mismas rutinas que años pasados de los diferentes agrupamientos, incluidos los cadetes de la Náutica con sus escaleras acrobáticas.
Luego siguieron grupos del Ejército mexicano, el DIF municipal con personas de diferentes discapacidades y los adultos mayores que, como siempre, pasaron alegremente bailando canciones revolucionarias. Enseguida la Policía Municipal con sus grupos especiales como: Tucán, Faisán, Jaguar, Lince y el Canino; también el Escuadrón Acuático y los elementos de Protección Civil.
Bomberos también le pusieron sabor al desfile con sus tablas gimnásticas aéreas; los servicios de emergencia como “Cobras” quienes simularon un accidente y la rápida atención a los afectados.
Vinieron los colegios privados y las escuelas públicas, así como las Universidades como la Autónoma de Occidente, de Durango, la UPSIN, la UPES, con excepción de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
