La Laguna del Camarón, el único cuerpo de agua que queda dentro de la ciudad de Mazatlán, no se muere, la está matando la contaminación, la basura y la irresponsabilidad humana y las pocas estrategias de cuidados y vigilancia de las autoridades responsables de cuidar esta reserva ecológica.
Este pequeño pulmón de la ciudad, junto con una parte del Parque Central, que va paralelo al Malecón por dos kilómetros desde el gran Acuario Mazatlán “Mar de Cortés” hasta las espaldas de una conocida tienda departamental y de víveres que da a la avenida Rafael Buelna, tiene una extraordinaria historia como hábitat de peces, aves y pequeños animales de cuatro patas como los mapaches, pero que el crecimiento de la ciudad y la contaminación se lo está comiendo.
La construcción de muchos grandes edificios y comercios a la lo largo de esa parte del Malecón y calle Bahía de la Laguna del Camarón generan basura plástica, botes y botellas de cerveza y refrescos, además de material de construcción que es arrojado de manera clandestina a la laguna. Ha habido quejas, incluso, de desfogues de drenaje y aguas sucias en el lugar en cuestión.
Por las tardes, pero sobre todo los fines de semana, la avenida Bahía se convierte en una gigantesca cantina y los desechos sólidos y la basura, no necesariamente se la llevan los alegres bohemios, que termina, a veces, en las orillas de la laguna y “comida plástica” para los peces y las aves.
Una vez más se prueba que el principal depredador de la naturaleza y la vida es el propio ser humano.