LA REFORMA FISCAL DE PEÑA NIETO

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EN EL ANUNCIO QUE HIZO PEÑA NIETO SOBRE LA REFORMA HACENDARIA, SEÑALO QUE NO SE GRAVARÍAN CON EL IVA A MEDICINAS Y ALIMENTOS

Elio E. Millán

Una consultoría de estatura global, la KPMG, publicó en diciembre de  2012 que:El partido de gobierno en México buscaría gravar con el impuesto al valor agregado (IVA) a alimentos y medicinas. Una espinosa propuesta a la que se opuso en el pasado,  pero que hoy aparece como la única opción para elevar la débil recaudación tributaria de la segunda mayor economía de Latinoamérica. El tema se ha discutido durante años en torno a si deben gravarse con la tasa del segundo impuesto que más recauda y que representa poco más de una tercera parte de lo que el gobierno capta por tributos”.

Aunque El PRI rechazó anteriormente proyectos esta propuesta fiscal del Partido Acción Nacional (PAN). En ese entonces argumentó que la medida golpearía a los sectores más pobres. Pero hace más o menos unos seis meses  que le dio la vuelta a este reiterado rechazo, en una de las tantas asambleas que el partido en el gobierno realizó para el efecto. Por lo demás este cambio de 180 grados del PRI, es parte de una tendencia Mundial, según la consultoría citada: pues el 68% de las naciones gravan los medicamentos y el 66% los alimentos. El 40% de ellos los grava con una tasa reducida respecto a otros bienes de consumo. En la OCDE el 58% de los países grava los alimentos y el 55% los medicamentos, señala el informe.

Inclusive Luis Videgaray, principal colaborador de Enrique Peña Nieto, dijo en marzo a Reuters que la discusión de una Reforma Fiscal debería gravar con el IVA alimentos y medicinas, cuyos efectos podrían compensarse con programas sociales que atenuarían el golpe en los bolsillos de los más necesitados. Es más, hasta el mismo día en que anunciaría Peña Nieto la Reforma Hacendaria, se tenía la certidumbre de que medicinas y alimentos serían gravados con el impuesto al valor agregado, no pocos empresarios y líderes de izquierda, aunque por razones distintas posaban una cara de inmensa alegría, aunque algunos se habían puesto encima de ella una máscara de preocupación. 

TAMBIÉN HABÍA PERSONAS DE BUENA FE A FAVOR DEL IVA EN A y M.

                No pocas personas, entre ellas este tecleador, creemos que debería aplicarse el IVA a alimentos y medicinas, dejando una canasta muy básica desgravada que es la que consumen por lo general el 50% de los Méxicanos, evitando que los bienes de consumo que no están al alcance de este vergonzante porcentaje de paisanos paguen el impuesto al valor agregado, en un porcentaje promedio del 10 por ciento como ocurre en muchos países de OCDE, pero no solamente de la OCDE. Seguramente ya se me estará acusando de “neoliberal” y antipopular, y no pocos de mis pocos lectores dejarán de leer este razonamiento que tiene poco de manifiesto. ¡¡No me cuelguen, déjenme exponer mis razones, por favor!!

            Esta idea de cobrar IVA a medicinas y alimentos, excepto su canasta básica, tiene el siguiente propósito: que todo ese dinero que se recaude tendría que ser etiquetado para fortalecer la pensión universal, el seguro al desempleo y, por supuesto, para sacar de su profunda crisis al sistema de salud. Sé, como muchos que tenemos esta fe de carboneros, que para un funcionamiento relativamente óptimo  de los tres sistemas mencionados se requerirán además miles de millones que tendrán que aportarse de otro tipo de impuestos, toda vez que algunos analistas han calculado que se requiere por lo menos el 8% del producto interno Bruto (PIB) para alcanzar este propósito que ya es una realidad en muchos países. Este IVA a alimentos y medicinas iría a fortalecer, pues, los servicios de salud, de retiro y a evitar la incertidumbre de los trabajadores cuando pierden su empleo; y que en adelante esta cesantía será más recurrente por la vigencia de la reforma laboral que signaron Calderón/Peña/Zambrano.  

            Desde esta perspectiva no se trata de gravar más la pobreza de los millones de excluidos en nuestra propia patria, sino de elevar sus condiciones vida a través de estos servicios que son la columna vertebral de una mejor calidad de vida, y que, con toda seguridad, evitarán a la postre el asistencialismo que han mantenido en condiciones paupérrimas, con el ingrediente de que se les convierte en clientes de los partidos políticos, como actualmente ocurre. La ecuación que ha hecho cierta Izquierda en sentido de que el cobro del IVA en medicinas y alimentos acarrea más pobreza es, por lo menos, una visión de cortoplacista, para no decir electorera. Por ello tampoco es certera la apreciación de Peña Nieto, al afirmar que no se cobrará este impuesto en estos artículos porque estamos en proceso de decrecimiento de la economía. Precisamente por estamos en un período difícil de la economía argumento debió haber sido el contrario. El mundo al revés…

LA EXPERIENCIA MATA AL FRÍO CÁLCULO POLÍTICO.

De todos los países de la OCDE, el único que no tiene seguro al desempleo es México; pero además la mayoría de los países de esta organización tienen diversas formas de salud universal y tienen también distintos tipos de pensión para los que frisan la tercera edad y, por supuesto, la mayoría de ello se cobra el IVA en alimentos y medicinas, aunque este impuesto es menor al que se aplica en el resto de artículos: oscila por lo general entre un diez o un ocho por ciento. Es precisamente  a este estado de “bienestar” al que la crisis europea ha golpeado, pero no lo ha eliminado del todo; y ahí donde las recetas de Ángela Merkel lo han colapsado, la sociedad ha luchado intensamente por recuperar sus no muy antiguas prestaciones, como es el caso de Grecia y España, por ejemplo.

Los efectos perversos de no cobrar IVA en alimentos y medicinas, tendrá efectos no muy alentadores para la clase media, porque de ella se obtendrán los recursos que no se animaron a sacar de los alimentos y las medicinas. El costo para la “clase media”, en efecto, es muy fuerte:  aumento del ISR, impuestos a la educación, menores deducciones, impuestos a la renta de casa-habitación, gravamen a los combustibles, más el golpe a la economía en la zona fronteriza que se volverá no competitiva, por lo que se perderá, seguramente,  más de lo que se logre recaudar.

En fin… Seguramente Enrique Peña Nieto le sacó la vuelta el IVA en AyM no precisamente porque le tuviera pavor a Andrés López Obrador; sino porque creo muchas controversias con demasiados sectores de la sociedad por la sucesión tan rápida que se propusieron todas las reformas y que, además, poseían y aún poseen un carácter poco tradicional, circunstancia que seguramente los habría juntado en solo frente con consecuencias imprevisibles, aún y a pesar de sus históricas diferencias; inclusive pudo haber perdido a la izquierda que ahora, aunque acotada, pervive todavía en el Pacto por México. Pero al menos la escopeta quedó cargada. Ya veremos….