El recital “Carl Orff 3” cimbró la noche de este jueves al Teatro Ángela Peralta con la potencia sonora e imaginativa de uno de los grandes genios musicales del Siglo 20 a través del talento, disciplina y fuerza creativa del Coro Ángela Peralta y la Camerata Mazatlán.
Con una auténtica catarata vocal dirigida por el maestro Antonio González, las tres cantatas de la llamada “Trilogía Trionfi” (“Catulli Carmina”, “El triunfo de Afrodita” y “Carmina Burana”) la visión épica de Orff sobre el mundo pagano y sacro de la Edad Media y el mundo Latino, resultó exquisita y avasalladora.
“Praelusium”, de “Catulli Carmina”, dibujó de golpe la magnética vitalidad de voces y ritmos que caracterizan el trabajo de Orff: el coro masculino y femenino que flirtean anhelando escuchar los versos del poeta Catulo, el sonido del deseo desbordado que desembocó en una serie de instrumentos percutivos excitados.
Posteriormente en “L´Aparizzione d´Afrodita”, los músicos de la Camerata Mazatlán, dirigidos por el maestro Pércival Álvarez dieron paso a un cuadro disonante, extraño y arrebatado para anunciar el triunfo del amor, expresado en el poema por la aparición de la diosa Afrodita.
Por último, el bajo Noel Osuna entonó “Omnia Sol Temperat”, que sirvió de introducción a toda la vitalidad profana de “Carmina Burana”, serie de poemas creados por los Goliardos, monjes renegados que durante la Edad Media exaltaban la vida, se mofaban de la Iglesia y celebraban al amor.
Después, la implacable fuerza de “O fortuna”, la voz de la terrible rueda que juega caprichosamente con la vida instauró una serie de cuadros enigmáticos, llenos de contrastes que los músicos supieron expresar en toda su magnificencia, y que tocaron uno de sus puntos más altos en “In Trutina”, el canto en donde el pudor es vencido por el deseo, en las voces Noel Osuna y las sopranos Ana Andrade y María Murillo.
El Coro Ángela Peralta y la Camerata Mazatlán ofrecieron al público, atento desde todos los puntos del máximo recinto cultural del puerto, la experiencia de “Carl Orff 3”: una viaje por campos exuberantes, himnos profanos que dicen que todos los hombre somos iguales…en la taberna; que el amor devasta y también salva, y que, sin duda, la fortuna es la reina en esta caprichosa vida.
Como cierre, la portentosa “O fortuna” volvió a convulsionar al TAP y después, el público celebró a los artistas con una fuerte ovación que despidió la noche de Carl Orff en Mazatlán.