1.- Los primeros bocados del platillo nos los estamos tragando ya: se trata de que México contenga y, en caso contrario, deje en su territorio a toda la migración de Centroamérica. Hemos visto las primeras escenas de la estrategia: fuerza pública mexicana deteniendo migrantes en el sur y la fuerza pública mexicana impidiendo el paso de migrantes en la frontera norte. (Milenio. Héctor Aguilar Camín. 24.06.2019)
2.- La otra mitad de esa amarga comida fue anunciada por Trump el lunes pasado en su discurso de reelección, la cual consiste en deportar a los migrantes ilegales que están en territorio estadounidense, entre ellos 11 millones de mexicanos. En efecto, el presidente Trump en su cuenta de Twitter afirmó que comenzará el proceso de remover a millones de migrantes indocumentados que se encuentran ilegalmente en Estados Unidos” (ID).
3.- Según las notas de la agencia Pro y la revista Proceso, se prevén redadas en Atlanta, Baltimore, Chicago, Denver, Houston, Los Ángeles, Miami, Nueva Orleans, Nueva York y San Francisco. El anuncio desató de inmediato la resistencia institucional dentro de Estados Unidos. La policía de Los Ángeles dijo que no participaría en las redadas.
4.- Esta acción xenófoga ha encontrado resistencias en EEUU: la oficina de migración de Nueva York inició una campaña para informar a los migrantes ilegales su derecho a resistir la medida. La alcaldesa de Chicago ofreció servicios legales a quien los necesite para protegerse. México tendrá que plantear algo semejante, aunque todavía no ha dicho esta boca es mía al respecto.
5.- Analistas de todos los colores y sabores sostienen que si estás políticas trumpianas no cambian de contenido andarán entre 5 y 8 millones de migrantes en suelo mexicano, con el agravante de que el presidente, los gobernadores y la sociedad tienen que sufragar los gastos en vivienda, alimentos y seguridad para los insomnes transterrados.
6.- Pero este situación de mantenerse en el largo plazo México tendrá ante si una crisis humanitaria, porque bien ALMO -junto con la CEPAL- pretende ir a fondo sobre las causas que propician la migración a través el Plan de Desarrollo Integral del sur de México, El Salvador, Honduras y Guatemala. Es un excelente y bien intencionado propósito.
7.- No obstante, según la clase política y los editoriales de la prensa norteamericana no se percibe que este programa tenga legitimidad en esa región. Al parecer esos países no están sintonizados con su proyecto bandera de AMLO: se les muy distantes porque que en este momento están librando sus propias batallas de protestas en Honduras, elecciones recientes en Guatemala y en El Salvador y una crisis humanitaria y de seguridad en Nicaragua.
8.- El otro eslabón de este gran plan es el apoyo e inversión de parte de Estados Unidos. Sin embargo, de ese lado el discurso político está concentrado en las próximas elecciones y en particular en el proceso de elecciones primarias.
9.- Además el mundo no está para bollos: EEUU mantienen una incruenta guerra comercial conChina y se ha abierto nueva crisis militar con Irán. El tema migratorio, desde la perspectiva de planes de desarrollo (que podrían haber sido prioridad en el pasado) está lejos de ser un tema prioritario en la agenda, ni del Congreso, ni en el Senado, ni para el mismo Trump, quien desde el inicio de su gestión recortó todos los apoyos de esta naturaleza a través de USAID y otras agencias de gobierno.
10.- Ante esta compleja situación migratoria quizá lo que no valga es rezarle al Santo Señor de Chalma, para que en las próximas elecciones en Norteamérica Trump sea vencido a través de una paliza de votos. Tal vez con un presidente demócrata nuestra situación pueda cambiar o al menos mitigarse, lo que es decir mucho.