LA HOMOFOBIA Y LA HOMOSEXUALIDAD.

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ELIO EDGARDO MILLÁN VALDEZ.

Veamos algunos retazos homofóbicos de las “Santas Escrituras”: La Biblia, en Génesis 1:27, enseña que Dios creó al ser humano en dos extremos complementarios: “macho y hembra, no homosexual o lesbiana”. La homosexualidad no conduce a la estrechez de los “valores fundamentales” de la sexualidad humana según la Iglesia católica: la unión heterosexual y la procreación. A la luz de esta visión esta religión condena las prácticas homosexuales como un pecado grave. En levítico se dice al respecto:»No te echarás con varón como con mujer, es abominación» (Lv 18:22). La Biblia es santamente homofóbica, pero no sólo la Biblia…
Las Iglesias y sobre todo los curas reaccionarios se quedaron estacionados en una época en que el mundo fue configurado por el maniqueísmo, que pinta el mundo a través de pares irreductibles: bueno/malo, alto/bajo, hombre/mujer… Esta concepción simplista carecía y carece aún de matices, porque en ella o se es lo uno o se es lo otro, pero jamás se es lo uno y lo otro. Pero junto a este reduccionismo, posee otro no menos lamentable: concibe la sexualidad como un aspecto de simple procreación, cuando la sexualidad humana enlaza, a veces asincrónicamente, el sexo, el erotismo y el amor; procesos que por cierto trascienden las tradicionales relaciones hombre/mujer para desplegarse, con todo derecho, entre personas del mismo sexo.

EXCOMUNIONES EXCOMULGADAS.
En este contexto de intolerancia “divina”, en 4 de marzo del 2010 se aprobó en la Asamblea del Distrito Federal, con 39 votos a favor y 20 en contra, la legalización de los matrimonios gay, denominados sociedades de convivencia, en cuyo paquete se incluyeron derechos como la unión patrimonial para la obtención de créditos bancarios, herencia, acceder a beneficios del seguro social y la adopción de niños. Felicité a los defeños, a la Asamblea Legislativa y a la Suprema Corte que validó los acuerdos, porque han entendido por fin que todos somos iguales a los ojos de Dios; los felicité porque han comprendido que la diversidad ha llegado para quedarse, para que no haya en este mundo unos más iguales que otros, como dijera Orwell en sus días.
Por ello no fue casual que el cardenal Sandoval íñiguez montara en cólera por este “desliz” republicano, y tomó el camino del insulto y el denuesto. Este ínclito Cardenal afirmó que “había sido un error gravísimo el haber validado desde el Poder Judicial, como lo es la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el supuesto “matrimonio” entre personas de un mismo sexo; porque fue verdadero atentado contra la naturaleza humana; y añadió que el haber aprobado la adopción de infantes por parte de ese tipo parejas consuman una traición a México, a la Familia y a la Ley Natural.

SUMAS Y RESTAS.
Es posible que la postura de Ebrard le haya costado perder algunos votos, pero su actitud fue contrastante con la indignidad de la dirigente del PRI, Beatriz Paredes, que en esos mismos días anduvo buscando los votos de la ultraderecha. En esta cruzada logró que 16 legislaturas de igual número de estados no tomaran el ejemplo de la Asamblea legislativa del Distrito Federal que, en la víspera, había aprobado, además, una modalidad relativamente moderada del aborto. En cambio la lidereza del tricolor, que suele aún pronunciar encendidos discursos liberales, no solamente logró su propósito, logró también que algunas legislaturas penalizaran al aborto como delito grave.
Digamos finalmente que el aborto y los matrimonios gay ayudan más a las mujeres y a sus familias en este mundo que mil sermones para alcanzar el trasmundo. El aborto evita la muerte de muchas mujeres y la traída al mundo de hijos indeseados. Las uniones gay hacen visible y le otorga derechos a una minoría que históricamente ha sido excluida y, con el tiempo, seguramente las familias extendidas a las que pertenecen, aceptarán a sus miembros homosexuales como seres absolutamente normales, porque harán extraño lo que hoy consideran familiar y harán familiar lo que ahora perciben como extraño.

OTROS DATOS
Del 2010 al 2022 ha pasado mucha agua por debajo del puente. En esta década se han aprobado uniones gay en 26 de los 32 estados que conforman al país. restan solo se aprobarse en cuatro de ellos: Baja California, Ciudad de México, Morelos y Yucatán). Algunos estados fueron obligados a legislar sobre los matrimonios igualitarios, pues en 2015, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) emitió una jurisprudencia en la que señala que es discriminatorio e inconstitucional no validar dichas uniones y solo reconocer el matrimonio ‘tradicional’ entre un hombre y una mujer. Sinaloa aprobó este tipo de uniones hasta el año 2021, once años después en la ahora CDMX.