ELIO EDGARDO MILLÁN VALDEZ
A pesar que AMLO había ignorado los organismos nacionales e internacionales, ciudadanos, expertos y víctimas intrusión del ejército en materia de seguridad ciudadana, como señala Eliza Alanís, ayer en la tarde el Presidente cambió de opinión y hoy felicitó a las bancadas de todos lo partidos que pueblan el Senado por los acuerdos que lograron para conformar la Guardia Nacional (GN), además por unanimidad. A veces cambiar de opinión es de sabios, éste es un caso de esos pocos milagros que ocurren cuando la clase política esta muy polarizada.
Pero como las unanimidades tienen excepciones para poder convertirse en regla: Mario Delgado, coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, señaló no sin enojo: “Aquí hay que ser muy claros: de la Cámara de Diputados salió un dictamen que permitía la formación de una policía militarizada. (…) y que tenga una junta donde participen los Secretarios de Defensa, Marina y Seguridad”.
A PESAR DEL ENOJO DE MARIO DELGADO…
Pero más allá de estos dimes y diretes, la conformación de GN quedó conformada de la siguiente manera: La GN tendrá un mando civil adscrito a la Secretaría de Seguridad Pública, no tendrá un mando militar, pues; se regirá por una doctrina policial, para ello esta institución recibirá una formación para respetar los derechos humanos y cazar a los infractores de la ley; la GN recibirá la colaboración de las Fuerzas Armadas, sólo por cinco años y después se retirarán a los cuarteles; en este mismo tiempo los Gobernadores del país se ocuparán de formar y organizar a las policías estatales y municipales.
Este pacto es una apreciable mediación entre quienes querían la militarización del país hasta el final de los tiempos, y quienes se rehusaban, como nadando en el limbo, a que los militares volvieran a pisar nuestro suelo. El senado echó por la borda la intención militarizar al país hasta el final de los tiempos; en tanto que a los refractarios a la intervención Fuerzas Armadas que pretendían –sin proponérselo- dejar indemnes a los mexicanos, porque a crisis que experimentan las policías que no son capaces ni de cuidarse ni ellas mismas. Estas diferencias se resolvieron con la resolución de que el ejército volverá a los cuarteles en un lapso de 5 años.
LOS PUNTOS SOBRE LAS ÍES.
Estos acuerdos alcanzados por unanimidad en el Senado serán devueltos a la Cámara de Diputados, por ministerio de ley. Según la reflexión de Mario Delgado que puede interpretarse como revancha, ¿acaso los diputados tendrán los arrestos para enmendarles la plana a los Senadores, más aún si estos acuerdos fueron avalados por López Obrador? Creo que no van hacerlo, aunque estén pensando devolver el golpe que les infringieron los Senadores de Morena. Si así fuera, entonces Mario delgado se quedaría colgado de dos afrentas. La primera fue porque no fue contundente con la idea de López Obrador de tener un mando castrense en la GN y por supuesto apoyo de los militares a ésta, y ahora se le golpea justamente por lo contrario.
Por ello mientras la menguada oposición camina cantando y bailando el lirón en una alfombra roja, los grupo Mario Delgado seguramente se guardará la afrenta para devolverle a Ricardo Monreal una sopa de su propio chocolate, que por cierto ya lleva dos tundas; la primero, cuando quiso der Gobernador de la Ciudad de México y después cuando pretendió bajarle el precio a las comisiones a la banca.
LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS.
Según Francisco Garfias, periodista de Excelsior, Ricardo Monreal se la jugó y ganó. Si la bancada de Morena se le hubiese volteado a su coordinador en la votación sobre la Guardia Nacional, con mando civil, hoy sería un fusible quemado. Y es que a los duros del guinda no les conviene que el político zacatecano emerja de este histórico capítulo —merece el calificativo— como el hombre que supo conciliar con la oposición. Pero que también pudo convencer al Presidente, derrotar las resistencias internas y poner su parte para acabar con el fantasma de la militarización de la Seguridad Pública.