Los jóvenes de entre 8 y 22 años son más cautos, estudiosos y responsables que los mileniales y fuman, beben y se drogan menos que los de los noventa.
Mucha gente está convencida de que los jóvenes de ahora son perezosos, irresponsables o unos gamberros. Otros creen que serán la generación destrozada por los teléfonos móviles, o piensan que están en peligro por motivos de todo tipo: por su falta de valores, por salir demasiado, por no jugar en la calle y hasta por no leer. Son temores antiguos y comprensibles —porque los padres han evolucionado para preocuparse—, pero la realidad de los jóvenes es muy diferente y menos catastrofista.
La generación Z es una generación cauta. Los nacidos entre 1997 y 2012, que ahora tienen como mucho 22 años, se distinguen por ser menos problemáticos que los mileniales de la generación anterior: fuman poco, beben menos, consumen menos drogas y salen menos de noche; parecen más responsables, son más estudiosos, más familiares y mejores compañeros; y aunque seguramente sufren más ansiedad, parecen más sanos y se declaran más felices. Todo esto puede sostenerse con estadísticas a las que no prestamos suficiente atención:
– El porcentaje de jóvenes que fuman con 15 o 16 años se ha dividido por cuatro desde 2002. Apenas son el 5%, según el estudio HBSC, auspiciado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
– En dos décadas se ha reducido a la mitad el consumo de cocaína, éxtasis, alucinógenos y anfetaminas, según datos del Plan Nacional sobre Drogas.
– Los adolescentes beben menos: solo el 8% toma alcohol cada semana, una tercera parte que en 2006. El 76% cree que tomarse 5 o 6 copas un fin de semana puede causar “bastantes problemas”.
– Solo el 26% de los jóvenes entre 15 y 24 años sale de noche casi todos los fines de semana, frente al 64% de 1996.
– El abandono escolar se ha reducido (del 31% al 18% actual) y hay más universitarios (el 40% está en la universidad entre los 20 y los 24 años, mientras que en 2005 eran el 28%).
– El 89% de los jóvenes lee libros, frente al 72% de 2006.
– Solo el 12% dice haber sufrido bullying, comparado con el 24% que decía lo mismo en 2002.
– Toman más verdura, menos dulces y muchos menos refrescos azucarados. No están ni más gordos ni más flacos que en 2002.
– ¿El deporte? No se sienten más activos que hace una década, aunque ahora las chicas hacen más ejercicio.
– Son más felices. Sin más. Los adolescentes que están muy satisfechos con su vida han pasado de ser un 28% a ser un 44% desde 2002.
Fuente: El País