El hombre es un ser interesante. Todos reaccionamos de maneras distintas, pero si algo nos han demostrado los momentos de crisis es que siempre se reacciona de una buena manera. Será por aprobación social, por el remordimiento o por voluntad propia, pero, siempre la sociedad se ha solidarizado con los más desafortunados.
Hace un par de días vi una reflexión que me gustaría compartirles: “Todos estamos en el mismo mar, algunos en yate, otros en lancha y otros nadando; compartimos el mar, pero no la lucha”. Con esto solo quiero invitar a la auto deconstrucción, al debate y al auto conocimiento; la mayoría de nosotros no nos damos cuenta de lo privilegiados que somos, y lo fácil que es ayudar al que está a tu lado.
En estos momentos de crisis lo único que le pido es que no regale su dinero, no tiene que desembolsar todo su margen de ganancia para ayudar, hay muchas maneras de hacerlo, aunque no sea económica: la comida que no se termine, regalando algunos vivires que tenga de más, consumiendo local, difundiendo a gente que lo necesite y lo más importante quedándose en casa.
A lo largo de la historia, durante guerras o crisis se nos han exigido cosas impensables a nosotros como ciudadanos: ir a múltiples guerras, arriesgar nuestra vida al borde del batallón y disparar sin piedad a nuestro enemigo en común para poder, así, exterminarlo e imponernos sobre él. Hoy, se nos pide algo muy sencillo, se nos pide quedarnos en casa, cambiar la oficina por el comedor, el cine por el sofá y el restaurante por la cocina. Aprendamos alguna cosa interesante o descubramos algún talento nuevo, pero hoy no podemos ayudar de mejor manera que quedándonos en casa.
En lo personal no soy religioso, pero la estadística me dice que la mayoría de los lectores sí lo serán, en la mayoría de las religiones uno de los pilares morales que tienen es ayudar al prójimo; hace mucho pensaba que el prójimo era un ser o una deidad, pero no, el prójimo es mi igual, mi vecino, mi hermano o mi familia; así que hay que ayudarnos, todos necesitamos algo: desde comida hasta ser escuchados, y lo mejor, todos nos podemos ayudar. ¡Hagámoslo!
