ELIO EDGARDO MILLÁN VALDEZ.
1.- En la sociedad informacional, en cuyo fondo impera en este tiempo el neoliberalismo, los ciudadanos están sobreinformados y por lo general desesperados, sobre todo los pobres y los más pobres, por ello no es casual que exijan una gran diversidad de bienes materiales y recompensas inmediatas. Dicho lo mismo por Manuel Castells:
A) Hacia arriba el leviatán ya no puede controlar los flujos financieros, ni resolver los problemas de contaminación, del narcotráfico, la violencia y los problemas medioambientales, entre otros problemas, en los marcos de su propio territorio porque se han constituido en problemas globales.
B) Por otra parte, arrastran al Estado/nación las demandas locales de una sociedad a la que le han sido arrancadas sus condiciones de control cotidiano de su existencia, merced a la producción de una economía desterritorializada.
2.- Este fenómeno está ocurriendo en todos los países occidentales, y más aún en las repúblicas simuladas como las de América Latina, donde impera la corrupción, la impunidad y la jaula de hierro del burocratismo. México ha sido paradigmático en estos aquelarres, donde presidencialismo ha impedido la conformación de régimen democrático, aún y a pesar de los múltiples contrapoderes que se gestaron progresivamente en la sociedad civil y en la prensa, prácticamente desde los años 70’s.
A) Entre otros factores de está debacle están partidos políticos tradicionales que cargan en
sus espaldas el mayor descrédito político y social de su historia. Todos han sido reducidos a su mínima expresión.
B) Pero ademas está caída coincidió, en los últimos años, una escasez profunda del petróleo
que solía salvarnos de las contingencias nacionales e internacionales que enervaban a la sociedad, pero además su régimen fiscal permitía que los empresarios y a la clase media pagaran –cuando no se los condonaban- impuestos de los más bajos de latinoamérica, apenas 17.2 del PIB, cuando en Europa giran alrededor del 50%
CON ESTOS HOYOS NEGROS EL TRIUNFO DE ALMO ESTABA CANTADO.
3.- La pérdida de fe -y con razón- en los baluartes de la democracia -aunque sea en larva- favorece el surgimiento de hombres providenciales, que con un discurso incendiario, repleto de medias verdades, cargado de resentimientos, sectarismo y a veces con una propuesta nacionalista, manipulan las frustraciones de los electores. Vale decir que en estos queberes el gobierno de AMLO presenta serios claroscuros:
A) Aunque en su campaña jamas se refirió a las difíciles condiciones internacionales, pues toda la carga de su discurso la bateó contra nuestra infausta clase política. Hoy está sufriendo los efectos de una crisis multifactorial que puede ahogar al mundo en una recesión, por supuesto a México, como lo está ocurriendo en Alemania, Francia e Inglaterra, por citar sólo tres ejemplos.
B) Es también preocupante su política petrolera, pues podría empeorar la crisis de PEMEX, en vez servirle para volver a los viejos buenos tiempos en que el petróleo era nuestra salvación. La razón es la siguiente: su programa pretende mudar a México en un refinador autosuficiente de petróleo, en vez de convertirlo en un excelente explorador, productor y vendedor de nuestro oro negro, con agravante de que PEMEX tiene una deuda de 116, 000 millones de dólares, la más alta del mundo.
Ojalá me equivoque, y los políticos de todos los colores y sabores que moran en el mundo , que en vez de pelear, canten juntos y el himno de la alegría y, asimismo, que mañana o pasado podamos bañarnos en petróleo como en antaño lo hicieron nuestros padres. No omito decir AMLO está batallando hasta la náusea con las herencia maldita que le dejaron Peña y sus huestes, pero sería la catástrofe que él cometiera errores del mismo tamaño.