Los primeros asentamientos en el puerto de Mazatlán se caracterizaron por su arquitectura vernácula, similar a la que se observa en otras regiones del sur de Sinaloa, como Copala, Concordia y Rosario.
Estas construcciones, informales y tradicionales, marcaron el inicio del desarrollo urbano de la ciudad.
«Aproximadamente a finales del siglo XIX, comenzaron a surgir estilos arquitectónicos más ambiciosos», comentó Francisco Javier Sánchez Ibarra, arquitecto de Mazatlán.
«Recientemente, se ha denominado al Centro Histórico como de estilo neoclásico tropical, un término con el que muchos historiadores no están de acuerdo, ya que solo hay un par de edificios que cuentan con este estilo, uno de ellos es la antigua aduana», mencionó.
Sánchez Ibarra subrayó que, a su juicio, el Centro Histórico de Mazatlán posee un estilo ecléctico, ya que este estilo abarca diferentes formas y mezclas de estilos, tanto tradicionalistas como modernos, lo cual se refleja en las dimensiones y diversas fachadas que adornan este lugar histórico.
El Centro Histórico de Mazatlán, con su rica mezcla de influencias arquitectónicas, sigue siendo un testimonio cultural de la ciudad, que no solo enriquece el paisaje urbano, sino que también cuenta la historia de un puerto que ha crecido y se ha transformado a lo largo de los siglos.