La caravana arrancará el 23 de enero desde Cuernavaca para llegar a las oficinas de Palacio Nacional, en la capital del país, tres días después.
Julián LeBarón y Javier Sicilia convocaron este jueves a realizar una marcha a finales de enero que irá de Cuernavaca a la Ciudad de México, para exigir una agenda de justicia y de paz.
La caravana partirá el 23 enero del Monumento de la Paloma de la Paz, en la Ciudad de Cuernavaca, Morelos, hacia Palacio Nacional, en la Ciudad de México. Sicilia confió que el jefe del Ejecutivo los reciba el domingo 26 de enero, día en que llegarán.
“Tenemos que hablar… Nuestra intención es que nos abra la puerta» de Palacio Nacional, anotó Sicilia, quien dejó claro que el enemigo es la violencia, “no queremos que el presidente (López Obrador) fracase, no lo vamos a sentar en el banquillo de los acusados”.
Esto ocurre luego de que, el 4 de noviembre, un grupo de 17 miembros de la familia LeBarón y Langford fueran asesinados mientras realizaba un recorrido desde La Mora, una comunidad del municipio de Bavispe, Sonora, hacia Galeana, Chihuahua.
Tres mujeres viajaban en camionetas con 14 niños. En el ataque murieron nueve personas, de las cuales seis eran menores de edad.
En una conferencia desde el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, los activistas exhortaron al presidente Andrés Manuel López Obrador a que retome la agenda de verdad y justicia a la que se comprometió frente a las víctimas, dada la situación que en materia de violencia se vive en el país. “Pide paciencia, pero ya no hay tiempo”, opinaron.
Sicilia consideró que a partir de esa agenda, el primer mandatario debe convocar a la unidad nacional, “a una agenda que, pese a todo y por desgracia, no ha sido atendida en su integralidad por la Secretaría de Gobernación ni, en consecuencia, por el presidente”.
Por su parte, Julian LeBarón explicó que el objetivo de la marcha no es abrir puertas sino corazones.
“El fin de nosotros de andar en eso (en la marcha), no es abrir puertas si no abrir corazones y abrir mentes y abrir disposiciones, a construir un poder ciudadano, una contraparte que es capaz de poner a los políticos y a los criminales contra la pared y a quienes se han adueñado de nuestros espacios» públicos, expresó .
De tal suerte que “juntos, podemos ir a reclamar esos espacios, sea a Palacio Nacional, al gobernador o al que esté abusando del poder y no esté cumpliendo con su deber. Hay que tener el poder social para poner toda la presión y poner orden. Nuestra sociedad se debe unir para poner ultimátums”.
La también activista Mariclaire Acosta opinó que en el país “la gran faltante es la justicia. Tenemos leyes extraordinarias, hay que leer la ley que se hizo con el apoyo de las víctimas y la participación… detallan con un nivel de precisión todo lo que habría que hacer».
“Ni siquiera han sido capaces las fiscalías de proporcionar información por el número de desaparecidos y de fosas que hay en sus entidades, mucho menos de investigar y dar un mínimo de seguridad de verdad y de justicia las víctimas. Están colapsadas esas instituciones. Se necesitan mecanismos extraordinarios y eso es la justicia transicional”, puntualizó.
Julián y Adrián LeBarón ya habían participado en una marcha antes, el 1 de diciembre, mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador encabezaba un evento a un año de que tomara la Presidencia, la familia realizó una marcha que partió de Paseo de la Reforma a rumbo al Monumento a la Revolución.
La marcha concluyó con un llamado por parte de la familia LeBarón, que invitaron a los manifestantes a plasmar sus palmas con pintura de colores en una manta que decía «Manos inocentes por el derecho a la vida», y que colocaron en las rejas del Museo Memoria y Tolerancia, sobre avenida Juárez.
Fuente: El Financiero