*Vende dulces en calles del centro
*Pese a todo no refleja amargura
José Luis Gómez Silva, a sus 61 años y sin familia en Mazatlán, se mueve en silla de ruedas para no arrastrarse en el suelo. Lo encontramos en la esquina de la calle Benito Juárez, a las puertas de una sucursal bancaria vendiendo dulces para sobrevivir y juntar dinero para una operación que lo lleve a caminar de nuevo.
Ropa sucia, pero con mucho ánimo de recuperar el sueño de poder caminar erguido. Fue asaltado hace un par de años en Guadalajara, al lado de otros dos compañeros de trabajo; fueron golpeados y garroteados y sus amigos perdieron la vida, él quedó muy lastimado de la cadera y los estudios que se ha podido hacer indicaron que requiere una operación.
Dice que no tiene muchas opciones de sobrevivencia y se mueve con dificultad. Afirma que su familia, esposa e hijos, lo abandonaron luego de quedar baldado. Vive en una “casita” por allá, cerca de la Plaza de Toros, y que va y viene en la silla de ruedas por todo el Malecón.
Es de Ciudad Hidalgo, Michoacán, pero el destino lo trajo hasta Mazatlán. Pese a todo, no refleja amargura por la vida y tiene la esperanza de curarse; “no puedo decir que la vida ha sido injusta conmigo; ha sido dura, pero qué más puedo hacer; no puedo cambiar el mundo…
