José Leyva, a sus 65 años es un artista del pincel, además de pintar con los dedos, para recrear hermosos trabajos al óleo y acrílico, desde paisajes mazatlecos y sinaloenses como las puestas de sol, el Faro o las marinas, hasta recrear rostros y figuras con un estilo muy personal.
Vive de la venta de sus obras a los turistas, nacionales o extranjeros, pues tiene su humilde puesto ambulante en avenida Gaviotas, en la Zona Dorada, donde su esfuerzo puede ir de los 10 a los 20 minutos con los dedos para terminar un cuadro hasta tres horas con el pincel para un trabajo más especial que lo vende en buen precio.
José es políglota y habla al menos cinco idiomas, además del español. Dice que el inglés lo aprendió en las escuelas y al viajar por “muchos lugares, aprendí el francés, italiano, hebrero y el chino mandarín”, apuntó.
Afirma que estudio comunicación, que pensó en ser periodista, pero que desde pequeño le ganó el olor a tinta y ya terminada su carrera profesional, simplemente tomó el pincel, aunque a veces hasta pinta con un palillo de dientes. Precisa que le encanta pintar con la yema de los dedos.
Leyva afirma tener 40 años dedicado a este arte y se confiesa que no piensa hacerse “millonario, pero si para vivir y mantener una familia numerosa, pues tuve hasta siete hijos, aunque algunos ya son profesionales y todavía tengo cuatro que sacar adelante”.
En la pregunta, el artista dice que se siente muy bien en la vida, satisfecho con “su trabajo” y que uno de sus “pequeños vicios”, la bebida etílica, lo dejó hace 35 años; ahora, afirma convencido que aporta de manera indirecta a la economía de Mazatlán, porque los cuadros más baratos cuestan 200 pesos y los más caros hasta 1,500 pesos y los dólares que gana con los estadunidenses los deja en el mercado o las tiendas porteñas.