En un principio nadie le dio importancia, sorprendió su vertiginoso crecimiento. – 57 barcos dañados, veinte hundidos, 57 pescadores muertos y 59 personas en tierra. – Por dañino retiraron su nombre de las nomenclaturas de la OMM. – Las olas superaban los nueve metros. Alfredo Ramírez. Faltan pocas horas.
Esta vez caerá en sábado; como ocurre desde hace 18 años, la fecha queda entre dos conmemoraciones calificadas como fiestas patrías: el 13 de septiembre que se conmemora la gesta heroíca de los Niños Héroes y el 15, cuando se recuerda el mítico Grito. Hablamos del aniversario luctuoso por las víctimas del ciclón Ismael, ocurrido un funesto día 14 de septiembre de 1995. Dieciocho años han pasado ya. Ismael fue un fenómeno hidrometeorológico que tomó a todos por sorpresa.
Cuatro días bastaron para que pasara a la historia. ¿Su saldo?: 57 pescadores muertos en el mar; 59 personas muertas en tierra; cincuenta y dos barcos con daños graves y 20 de ellos hundidos; cientos de casas destruidas; 30 mil personas sin hogar; daños ridiculamente cuantificados en 26 millones de dólares ¡de aquellos!; y, como corolario, cientos de hogares y familias en luto; servidores públicos impunes y el nombre de Ismael borrado del mapa nominativo para dichos fenómenos por parte de la World Meteorological Organization, OMM por sus siglas en español. Los barcos y botes hundidos, junto con los cuerpos de las víctimas fatales, dicen, fueron recuperados por buzos.
Ismael fue un fenómeno debil proveniente del oceáno Pacífico, se formó en un área de convección el 12 de septiembtre y velozmente se dirigió hacia la costa siguiendo la trayectoria norte y noroeste; obteniendo el status de huracán el 14 de septiembre cuando se encontraba a 340 kilómetros de la costa de México. Continuó al norte y tras pasar cerca de Baja California Sur se internó en el amplio canal del Mar de Cortes hacia el norte entre las costas de las Bajas y Sinaloa y Sonora para tocar tierra en Huatabampo, Sonora con vientos de 130 kilómetros por hora; desapareciendo el día 16 no sin antes alcanzar sus vientos la zona sur del estado de Nuevo México, en Estados Unidos.
Cabe precisar que antes, debido a su ojo poco definido y a seis horas de convertirse en un huracán hizo contacto con la tierra en Topolobampo, Sinaloa, disminuyo intensidad por la cercanía con la Sierra Madre Occidental, pero siguió avanzando. Recordemos que diez horas antes de que el Ciclón Ismael tocara tierra, las autoridades alertaron el área entre Mazatlán y Los Mochis y se evacuaron en el puerto a mil 572 personas que fueron llevadas a albergues dispuestos por el gobierno. Ismael produjo olas de 9 metros de altura en las coastas de México y el Golfo de California y las autoridades anunciaron que se movería más lento de lo que ocurrió en realidad, lo que dejo a cientos de pescadores sin la más mínima preparación debido a las pésimas condiciones de comunicación entre el puerto y los botes. Debido a esto, 52 barcos sufrieron daños y veinte se hundieron.
Murieron 57 pescadores en la costa y cerca de 150 sobrevivieron esperando el paso del huracán refugiados en islas y dunas. Durante días la Marina de Estados Unidos y otros pescadores buscaron a más victimas o sobrevivientes de la tormenta. Las cifras oficiales, a veces tan imprecisas indican que cuatro municipios de Sinaloa quedaron inundados afectando gravemente a la ciudad de Los Mochis. En Sonora afecto directamente a 24 mil 111 personas, destruyó 4728 casas y quito el techo a cerca de 7 mil, destruyó 7 escuelas y 2 hospitales, Botó las líneas de alta tensiòn, destruyó 3 mil 800 kilómetros de caminos de terracería y poavimento; 215 kilometros cuadrados de tierra cultivable se vio afectada.
Ciento 16 muertos es la cifra oficial. Debido a los daños y las muertes la OMM retiró el nombre de Ismael y lo reparó por Israel pero ante las protestas de sujetos que consideraban que eso era dismcriminatorio y ofensivo a los judios, lo cambiaron por “IVO”. En lo particular, de lo que recuerdo de Ismael, es cuando a pocas horas despues de su paso nos fuimos a transmitir via control remoto el desbordamiento del Puente a Villa Unión, que cruza el Río Presidio, y ver cientos de animales, arboles y desechos mil ser arrastrados por la impetuosa corriente chocolatosa por encima del puente, ese puente que en tiempo de secas nos permite ver el cauce del Presidio a casi veinte metros hacia abajo.