Isidoro el niño contador de las leyendas de Copala

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78 Kilómetros es la distancia que separa Mazatlán de Copala, un pueblo donde el tiempo para el su reloj, y la mayoría de sus casa y su majestuosa iglesia de San José de Copala.

Para llegar este pequeño pueblo saliendo de Mazatlán hay que tomar la carretera libre 40D que va al estado de Durango, el viaje es un regalo para los ojos el paisaje es totalmente verde acompañado de algunas panorámicas de cerros y acantilados. Tras 40 minutos de viaje y haber pasado la ciudad de Concordia y Chupaderos en lo alto de una loma esta Copala.

Un camino empedrado te lleva hasta el corazón de la plazuela, pero antes vas analizando la arquitectura de las casas muy pintorescas, y afuera de ellas gente de edad avanzada siempre regalándote un saludo al pasar. Al llegar a la plazuela te encuentras con templo de estilo barroco que fue empezada a construir el19 de marzo de 1740 por el Marqués de Pánuco, para ser terminada en el año de 1775 por el arquitecto José Ortigoza.

Alrededor de esta gran construcción hay muchas historias y leyendas, tal como nos las cuenta Isidoro, un niño de tan solo 11 años que con orgullo nos narra cada una de ellas. Historias que van desde la aparición del mismo diablo hasta un gran tesoro que descansa bajo la iglesia.

Este es Isidoro y sus leyendas de Copala.