La clonación nos ha alcanzado para convertirse en una tendencia entre los influencers de Instagram, quienes clonan a sus mascotas para no perder dinero ni seguidores en la famosa red social.
¿Cuántas veces hemos escuchado la frase «Cuando la realidad supera a la ficción»? Sin duda, muchas veces. El cine y la televisión nos han proporcionado relatos donde la clonación humana y animal es el argumento central y una situación más o menos compleja de discernir. Sin embargo, dicha práctica nos ha alcanzado para convertirse en una tendencia o moda entre los influencers de Instagram, quienes han comenzado a clonar a sus mascotas para no perder dinero ni seguidores en la famosa red social.
El portal INPUT realizó un reportaje donde documentan los testimonios de varios influencers de Instagram, quienes clonan genéticamente a sus perros y gatos, luego de que éstos mueren ya sea por accidentes trágicos o por estragos de la edad adulta. La motivación principal para realizar esta práctica reside en la necesidad de los influencers de retener a sus seguidores y no perder los ingresos al capitalizar el contenido que habían generado sus mascotas.
El reportaje señala a ViaGen Pets como la empresa responsable de practicar la clonación de mascotas. Las operaciones de ViaGen Pets comenzaron en 2016 y, de hecho, se volvieron populares en 2018 cuando se reveló que fueron los encargados de duplicar a Samantha, la perrita de la actriz Barbra Streisand. «ViaGen Pets, con sede en Cedar Park, Texas, es una división de TransOva Genetics, que ofrece servicios de clonación de animales a los dueños de mascotas», dice una descripción en internet.
“Alguien podría clonar a su mascota y reemplazar al original. El mundo no tiene que saberlo. Es posible que nunca lo sepan”, dice Melain Rodríguez, gerente de servicio al cliente de ViaGen. “Especialmente si es uno que se ve exactamente igual y pueden continuar con esa mascota”.
Según el portal INPUT, ViaGen está normalizando la práctica de clonación de animales y, además, «podría estar marcando el comienzo de una era de inmortalidad de mascotas influyentes». Por otro lado, Melani Rodríguez hace énfasis en que las mascotas que son clonadas no son «reencarnaciones» y que, incluso, tienen una personalidad diferente a la de sus predecesores.
Los influencers y sus mascotas clonadas
Willow
El primer testimonio corresponde a la cuenta de Instagram conocida como @wander_with_willow. Willow es un híbrido entre perro y lobo con casi 140,000 seguidores que falleció tras ser atropellado en 2018 por un coche. Su Courtney Udvar-Hazy decidió acudir a ViaGen para clonarlo. El animal que pueden ver en las fotos no es Willow, sino Phoenix, una copia genética del original. En el proceso de clonación, nacieron 5 cachorros más, los cuales dio en adopción a sus amigos.
“Recibo muchas críticas por la clonación”, dice Udvar-Hazy. “La gente dice que tengo perros zombies, o me llaman la chica loca y rica. Al principio me dolió”.
Tinkerbell, the dog
@tinkerbellethedog es toda una celebridad y con su cuenta de Instagram verificada. La perrita papitese, cruza de papillon/maltes, tiene poco más de 510,000 seguidores. En 2019 se dio a conocer que habían almacenado su ADN para eventualmente clonarla, como una estrategia de patrocinio por parte de ViaGen. Esto quiere decir, entonces, que las mascotas originales también conviven con sus clones.
Bruce Wayne & Co.
Otro caso similar es el de @ipartywithbrucewayne. Aunque tienen sólo 55,600 seguidores, se dio a conocer que existen 5 perros, Bruce. O sea, el canino original (vivo) y 4 chihuahuas que fueron clonados.
Clash of the Clones
the_peanut_clones
Baxter
A husky + a cloned kitty
ViaGen detalla que el proceso de clonación es muy parecido al de la fecundación in vitro. A través del ADN de las mascotas crean un embrión que después otro animal debe gestar. Dicho proceso tiene un costo de entre $35.000 y $50.000 dólares ($715,000 y $1,022,064 de pesos mexicanos). Y todo depende del número de intentos que haga falta para hacer realidad el embarazo del animal que va a gestar.
Los detractores ponen en duda la ética de estas prácticas, especialmente cuando hay tantos perros y gatos que son abandonados en la calle diariamente.