«No hicimos nada malo».
Hasta en tres ocasiones Donald Trump repitió esa frase este miércoles mientras la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobaba el juicio político en su contra.
En la noche en que se convirtió en el tercer presidente de la historia de su país en enfrentar un impeachment, Trump estaba en un mitin en la ciudad de Battle Creek (Michigan, noreste) y allí hizo sus primeras declaraciones sobre la histórica decisión de los legisladores.
«Es un suicidio político para el Partido Demócrata«, consideró, en una clara referencia a las elecciones presidenciales que se celebrarán en noviembre de 2020 y en las que se juega su reelección.
«No estoy preocupado», aseguró.
«La izquierda radical en el Congreso está consumida por la envidia, el odio y la ira, ya ven lo que está sucediendo. Estas personas están locas«, respondió Trump tras conocerse los primeros datos de las votaciones.
La Cámara Baja (de mayoría demócrata) aprobó someter a Trump a un impeachment por 230 votos a favor y 197 por abuso de poder, y por 229 a favor y 198 en contra por obstrucción al Congreso.
La líder demócrata en Congreso, Nancy Pelosi, manifestó que el presidente no les había dejado otra opción.
Solamente dos presidentes estadounidenses anteriores han sido sometidos a un impeachment en la historia del país: Andrew Johnson, en 1868; y Bill Clinton, en 1998.
«Devaluado al proceso»
Trump consideró que la Cámara de Representantes estaba «tratando de anular las papeletas de decenas de millones de estadounidenses patrióticos»y, como en ocasiones anteriores, tildó de ilegal el impeachment.
«Han devaluado el proceso (…) ahora cualquiera que se convierta en presidente (…) puede tener una llamada y pueden someterle a juicio político (…) Es precisamente lo que los padres fundadores [de la Constitución] no querían que pasara», manifestó Trump.
El proceso de impeachment contra Trump se originó a partir de una investigación sobre un supuesto intento por parte del mandatario de usar la ayuda militar de Estados Unidos a Ucrania para presionar al gobierno de ese país para que abriera una investigación contra Joe Biden, uno de los dirigentes del Partido Demócrata con más opciones de disputarle la presidencia en las elecciones de 2020.
El origen de todo el proceso estuvo en la denuncia de un funcionario de inteligencia no identificado, que escribió una carta expresando su preocupación por una llamada telefónica el pasado 25 de julio entre Trump y su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelensky.
Una transcripción de la llamada reveló que Trump había instado al presidente Zelensky a investigar acusaciones contra Joe y Hunter Biden.
A esa acusación se añade la negativa de la Casa Blanca a colaborar con los legisladores durante el proceso de investigación para el impeachment, lo que dio origen a las acusaciones por obstrucción al Congreso.
Popularidad «alta»
Frente a un público entregado, Trump, además, insistió este miércoles en que su popularidad se mantiene alta y aseguró que goza del respaldo de su partido «como nunca antes».
«Realmente no se siente como si nos estuvieran enjuiciando. El país está mejor que nunca».
Los seguidores de Trump que se reunieron en Battle Creek entonaron consignas contra la líder demócrata Nancy Pelosi, impulsora del proceso.
El martes, el mandatario estadounidense envío una dura carta contra Pelosi acusándola de declarar «una guerra abierta contra la democracia en Estados Unidos«.
La demócrata calificó la misiva de «ridícula».
¿Qué sucederá ahora?
Tras la votación de este miércoles, el impeachment pasa al Senado, donde se realizará el juicio político, que se espera tendrá lugar en enero.
La Constitución estadounidense establece que durante ese proceso los senadores actuarán como un jurado, mientras que un grupo de miembros de la Cámara de Representantes tendrán el papel de acusadores.
El presidente de la Corte Suprema, el magistrado John Roberts, será quien dirigirá el juicio.
Al final, debe realizarse una votación pública. Para que haya una condena y Trump sea destituido deben votar en su contra más de dos tercios de los senadores (67%).
Los miembros del Senado deberán ponerse de acuerdo sobre las reglas más importantes del juicio como, por ejemplo, si se permitirá la presentación de testigos, el tipo de evidencia que se aceptará o la duración del juicio.
El ejemplo moderno más reciente fue el impeachment en contra de Bill Clinton en 1998, cuando no se permitió la presentación de nueva evidencia y solamente se aceptaron testimonios pregrabados de testigos clave.
A última hora del día, la Casa Blanca publicó un comunicado en el que aseguró que el presidente estaba «seguro de que será totalmente exonerado» en el juicio en el Senado.
Fuente: BBC Mundo