Humillación sin precedentes al Barcelona

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Temporada en blanco del Barça y recibiendo la mayor goleada de su historia en Europa. Hora de reflexionar, mirar la cartera y ver qué se puede hacer. Una plantilla entrada en años, no acomodada pero sí con vicios, que necesita un cambio urgente. Y puede que en todos los frentes porque la gestión del último año es para analizarla.

Un cambio de entrenador difícil de explicar, muchos nombres de fichajes para intentar desviar la atención, pero media plantilla en venta para poder hacer frente a alguna contratación dado que el efectivo actual parece que no llega para mucho. Algo que queda en evidencia cambiando a pelo a un jugador de 24 años como Arthur por otro de 30 como Pjanic, sólo para aligerar el gasto en nóminas. Evitar la temporada en blanco se antojaba complicado, pero con Messi motivado no hay imposibles.

Superado el trámite casi obligado del Nápoles, el siguiente paso era uno de los mejores Bayern de los últimos años. Y contra los alemanes acabó la apuesta del todo o nada en que se convirtió la temporada azulgrana. Ha estado mucho tiempo jugando con fuego encomendándose solo a la genialidad Messi y en Lisboa salió el todo al rojo. El rojo de un Bayern que es serio candidato para llevarse el título después de ser un rodillo ante el Barça.

El inicio del encuentro fue tan intenso por ambas partes que se aventuraba partidazo y así fue, pero del Bayern. Se vio más fútbol en la primera media hora que en las otras dos eliminatorias de cuarto completas. Pese a que el Barça fue el primero en avisar obligando a Boateng a esforzarse para evitar un remate de Luis Suárez que olía a gol, fueron los alemanes quien se adelantaron en el marcador.

Pase forzado de Busquets a De Jong, robo de Gnabry que abre a banda a Perisic, centro de este hacia Müller que toca hacia Lewandowski, devolución en corto del polaco y remate a placer de Müller. Golazo al más puro estilo Barça, pero del Bayern. Cuatro minutos de juego y ya pintaba mal la cosa. Sin embargo, las fuerzas se igualaron gracias a un autogol de Alaba a centro de Jordi Alba.

Lo mejor de los de Setién llegó justo tras el empate. Tuvo dos grandes ocasiones para el 2-1 pero Neuer salvó un mano a mano ante Suárez y un centro envenenado de Messi se estrelló en el poste. Pero las opciones azulgranas de oler las semifinales murieron a los 15 minutos. Los siguientes minutos fueron una exhibición de fútbol del conjunto alemán que a base de presión alta, velocidad, fuerza y definición marcaron tres goles más en un abrir y cerrar de ojos. En el minuto 30 el marcador reflejaba un definitivo 1-4 gracias a los goles de Perisic, otro de Müller y Gnabry. Con una hora de juego por delante terminaba la temporada del Barça y, es de esperar, la de Setién en su banquillo.

El 1-2 llegó tras un robo a Sergi Roberto, pase de Gnabry a Perisic y golazo de éste de tiro cruzado. Sin tiempo apenas de respirar llegó el tercero gracias a un sensacional pase de Goretzka que dejó solo a Gnabry para que este batiera a Ter Stegen. Y con el Barça roto por todos lados y haciendo aguas en defensa llegó el cuarto tras un robo a Semedo que acaba en un centro por la otra banda tras un cambio de juego que remata Müller adelantándose a Lenglet. Se llevaba media hora de juego, todo estaba resuelto, pero el Bayern quería más. Al Barcelona no le salía nada, era más lento (la edad no perdona) y pedía el descanso a gritos. Ter Stegen evitó algún gol más antes de que Skomina les mandara al vestuario.

En la segunda mitad, salió Griezmann por Sergi Roberto. Setién recuperaba el 4-3-3 como recurso, pero al poderío alemán le daban igual los sistemas. El centro del campo de los de Flick fue una máquina perfecta y Mülller repartiendo juego en la media punta se bastó y se sobró para superar una y otra vez a la defensa culé. Tras dos llegadas buenas de los muniqueses que desbarató Ter Stegen, Luis Suárez recortó distancias tras un buen recorte a Boateng y el Barcelona pensó en que podía sonar la flauta. Pero todo quedó en nada seis minutos después de un jugadón de Davies por banda dejando en evidencia a Semedo y que dejó el gol en bandeja para que Kimmich hiciera el quinto. Gol fabricado por los dos laterales, algo que lo dice todo de cómo fue el partido.

Setién sacó a Ansu Fati por Busquets y el Barcelona acabó jugando con un 4-2-3-1. Pero eso era lo de menos para el Bayern que seguía a lo suyo ante un equipo que pedía la hora y dejar un partido en que estaba siendo muy inferior, algo a lo que no está acostumbrado. Para más inri del día, Flick sacó a Coutinho, un jugador cedido por el Barça y con el que no saben qué hacer para la próxima temporada. Otra historia que no se entiende en el club de Bartomeu.

El Bayern llevaba cinco y no había marcado Lewandowski, su máximo goleador. Pero el polaco estaba con ganas e hizo el sexto al rematar de cabeza un centro de Coutinho. El brasileño salió con ganas y después de dar el sexto, marcó el séptimo y el octavo… Mensaje para la Directiva culé. Este equipo es una apisonadora -ha ganado 26 de sus últimos 27 partidos- y puede haber firmado un fin de ciclo en un Barcelona que necesita un profundo lavado de cara y tiene poco tiempo para hacerlo porque septiembre está a la vuelta de la esquina.