*Los “grandes” hablaron de ella
*El próximo marzo cumpliría 89 años
El 7 de marzo María Lucila Beltrán Ruíz cumpliría 89 años, pero la “Señora de la Gran Voz” cerró sus ojos y calló su voz un 24 de marzo de 1996. Fue la más grande mujer exponente de la música vernácula. Era Lola Beltrán, Lola “La Grande”.
Hoy, todos los días, sus rosarenses le recuerdan con amor y emoción. La también emperatriz de la canción yace en una de las esquinas del enorme patio donde se ubica la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, en su natal municipio de El Rosario, al sur de Sinaloa.
Un municipio mágico que tiene mucho por mostrar, desde su historia, cultura, tradiciones y muchos lugares que son patrimonio y atractivos de este hermoso pueblo sinaloense.
No puedes pasar por la carretera libre de El Rosario sin pensar o decir mira está es la tierra de esa gran mujer que fue cantante, artista, actriz y hasta presentadora en televisión.
Lola era tan grande que hasta los grandes escribieron o pintaron parte de su vida y su historia.
En la Wikipedia nos encontramos estas interesantes líneas.
Carlos Monsivais dijo: “A Lola Beltrán le toca el reconocimiento cultural a géneros antes menospreciados. Ya le corresponde acompañar a los presidentes de México”. Su voz se vuelve una institución oficial.
El escritor Salvador Novo le da un poema para que lo haga canción: “La cuenta perdida”.
El pintor Rufino Tamayo le da un tema “Florecita de ejote”. Carlos Fuentes la presentó en uno de sus conciertos en Bellas Artes y Gabriel García Márquez la elogia.
Lola lo mismo canta en Bellas Artes que en las casas de José Luis Cuevas, Raúl Velasco o Anthony Quinn. Elena Poniatowska dijo en torno a ella que la voz de México es femenina y Guadalupe Loaeza escribe sobre el lenguaje de sus manos.
La mítica Sofía Loren se acercó, en su momento, al escenario en medio concierto en el Olimpia de París para homenajearla con un ramo de rosas. El periodista Ricardo Rocha expresó que solo Lola canta con la piel, con las manos, con el
corazón. Entre las amistades de Lola se encontraron Juan Soriano y Octavio Paz que no dejaron de admirarla.