Cuatro cuadros, cuatro realidades a observar, cuatro bailarines, cuatro formas de ser e interactuar con el público, esto y más se vivió en Hello, proyecto de la compañía sonorense La Lágrima, realizado en conjunto con la coreógrafa australiana Becky Hilton, que se presentó en el Teatro Ángela Peralta.
La segunda noche del 28 Festival Internacional de Danza José Limón, inició de forma atípica. Eran las 20:00 horas, y las puertas del teatro seguían cerradas. Al abrirse, se indicó a los espectadores que podían subir al escenario y rodear los cuatro cuadrados enmarcados por cinta que estaban sobre el suelo.
Allí, cuatro bailarines, dos hombres y dos mujeres, se encontraban rodeados de objetos que hablaban de quiénes eran, qué les gustaba, qué pensaban o deseaba: tablets, bocinas, agua minera, rímel; pastillas, papeles, chicles, una video cámara; máscaras de luchador, cuentos de Edgar Allan Poe; un pastel, toallas y camisetas con frases en distintos idiomas.
Se trababa de Jéssica Félix, Emmanuel Pacheco, Marco Iván Ochoa y Alejandra López Guerrero, cuatro bailarines, cuatro almas que desde sus distancias, desde sus límites, hablaban sobre sus vidas y capturaban imágenes del público en video o fotografías, los ponían a bailar y hacían cambios y más cambios orientados siempre por el sonido de una tecla de piano.
Ese diálogo distante, el verse y escucharse a través de la tecnología, el hablar a través de otros códigos (la danza, la música), parecía revelar la dinámica de los jóvenes de hoy: sujetos vulnerables, sensibles, que buscan abrirse al mundo y romper las barreras con un Hello (Hola), y sin embargo, permanecen aislados.
En la segunda parte de la presentación, el público pasó a ocupar sus asientos y desde allí observó cómo los bailarines se integraron en una coreografía con música moderna de fondo.
Al mismo tiempo, al fondo del escenario, una serie de estadísticas revelaba las creencias y experiencias, los deseos y temores de los bailarines, sus pensamientos sobre el racismo, el futuro, el amor, las drogas, la espiritualidad, política o el sexo.
Formas múltiples, medios novedosos de tocar al público, de darles un saludo contundente, hicieron de esta noche un verdadero encuentro con la danza en su formato más performativo y experimental.
Al final, la directora artística Adriana Castaños subió al escenario para contestar preguntas del público y señaló que en Hello se trabajó a distancia con la australiana Becky Hilton, a través de Youtube, Skype, correo electrónicos y mensajes de textos a lo largo de tres años, para configurar los contenidos y dinámicas de esta pieza.